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Antes de comenzar a hacer el desayuno, decidí hacer el café de Donnie. Se veía mal después de lo que comenté.

¿Realmente era estúpido?

Pues la verdad no tengo ni la más mínima idea, Donnie siempre me ha dicho que todo puede ser una posibilidad siempre y cuando sea coherente. Bueno, por al menos es una posibilidad y para mi es coherente.

Tomo la taza y la coloco delante de la tetera que se encuentra encima de las llamas de la estufa, entonces escucho a alguien venir por la entrada de la cocina.

Rápidamente volteo.

-Sensei...-dejo la tetera por un tiempo y camino directo a él dando un reverencia por respeto-pensé que usted ya estaba fuera. ¿Quiere algo para desayunar?

-No, gracias hijo mio, solamente venía para ver si lograba a encontrar a otro de mis hijos ya despiertos y despedirme. Creo que solamente me despediré de ti y de Rafael. Al parecer Leonardo y Donatello aún continuan en sus habitaciones.

-No, no sensei, Donnie ya se encuentra en su laboratorio trabajando y bueno, Leo, no ha salido de su cuarto. Al parecer su dolor es algo fuerte. Y creo que aún no despierta.-No supe si mencionarle algo a Splinter sobre nuestras "posibilidades", claro que tengo duda acerca pero...es tan solo un punto de vista.

-Ya veo...-dijo por último. Splinter sonrió y se acercó dandome un abrazo de despedida-Nos vemos mañana, hijo mio.

-¿Mañana?-pregunto en susurro, mientras continuamos el abrazo. Se supone que es solo un entrenamiento.

-Abril me dice que le gustaría agudizar aún más sus habilidades, entonces me pidió si el entrenamiento podía ser un poco más extenso. Acepté y posiblemente sea mañana cuando regrese, hijo mio.-Nos separamos y lo miré rostro mientras el esbozaba una sonrisa.

-Bueno es entendible, sensei, gracias por avisarme. Le diré a los demás.

-Gracias, Miguel Angel.-Me sonrió y le regresé la sonrisa.

-¿Está seguro de que no quiere desayunar algo antes de ir con Abril?-pregunté por última vez.

Él tan solo levantó su mano y sonrió, respondiendo:

-No, gracias hijo. Ya tengo que irme. Veré si encuentro a Donatello para despedirme de él. Despideme de Leonardo de mi parte, por favor.

-Claro, sensei.-Dí una última reverencia. Entonces, Splinter salió de la cocina dejandome a mi y a la tetera solos de nuevo.

Raramente Leo se levanta tan tarde en las mañanas, no es que no me importe su dolor, es tan solo que él se levantaba sin importar cualquier dolor, enfermedad o molestia.

-Raro...-susurré-simplemente él no es así...

-¿Qué es raro?-pregunta una voz por detrás de mi. El susto hace que mi cuerpo de un pequeño salto, expandiendo mis brazos y tocando la tetera caliente.

-¡Auch!-doy un suave grito y al instante miro mi brazo. Veo rojo. Me quemé.

-¡Mikey!-volvió a llamar la voz y sentí como fue que alguien se acercó a mi tomando mi brazo entre sus manos-ohh lo siento, no era mi intención asustarte.

-No, no te preocupes Donnie, tengo que dejar de asustarme así fácil. Tranquilo, no fue tu culpa.-Trato de hablar pero parece que no tiene la mínima intención de escucharme, él continua revisando mi brazos, como si realmente hubiera metido mi brazo al fuego vivo.

-Haber...solamente se encuentra en un color rojo...no tiene signos de cualquier anomalía en su piel...-hablaba solo. Siendo sincero que comienza a asustar.

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