La alarma suena avisando las 7:30pm y un involuntario gruñido sale de mis labios.Me siento obesa, me duele el estómago, la cabeza, la garganta, los párpados a penas puedo abrirlos, la boca la siento seca y amarga, tengo el cabello húmedo por la lluvia de anoche y siento que me voy a resfriar.
E igual iré a clases.
Vaya, deberían darme un premio.
Con los ojos aún cerrados y la alarma sonando, me destapo e intento salir de mi cama.
Si, intento, porque aparte de tener sueño, alguien se encuentra sobre mis pies impidiendo la movilidad de ellos. Abro mis ojos y como pude saco mis pies del cuerpo de Aiden.Al levantarme me quedo como un minuto parada, inmóvil, porque mis pies se durmieron y al levantarme de golpe me dio un mareo.
Me inclino un poco hacia adelante sosteniendo mi estómago involuntariamente, sintiendo como si me cayera en cualquier momento.Voy directo al baño a ver mi asqueroso rostro. ¡Malditas ojeras! Lavo mi cara, agarro mi cabello en una coleta para despejar mi rostro y salí.
Aiden aún se encuentra dormido a los pies de mi cama con la boca entreabierta y los ojos blancos, reí de forma silenciosa y me dirigí al armario de forma somnolienta.
Retiro de una el pijama de mi cuerpo quedando en ropa interior aprovechando de que Aiden está durmiendo y me pongo una camisa simple de mezclilla, vaqueros negros y zapatillas planas. me arremango las mangas de la camisa y miro la cama nuevamente comprobando de que Aiden esté dormido.
Lo esta, solo que con una distinta posición y ya no tiene los ojos blancos ni la boca entreabierta, se ve normal.
Y guapo.
No, claro que no.
Admítelo, tienes un sexy chico en tu cama, deberías aprovechar y...
Negué con la cabeza rápidamente.
De pronto me dan unas inmensas ganas de vomitar. Estúpido Aiden que me hizo comer como loca mientras él solo miraba. Fui al baño y apoyo mis manos en el lavamanos, pero nada sala de mi boca. Me miro una vez más al espejo, luzco horrible. ¿Y si uso maquillaje?... no, ni hablar, ni siquiera sé encresparme las pestañas así que sólo me lavo los dientes quitando el amargo sabor de mi boca.
—¡Buenos días! —pego un brinco y me giro de golpe, viendo a un Aiden con una expresión burlesca.
—¡Casi me da un paro! —al instante hago una mueca, mi voz a penas se escuchó y salió ronca —creo que me voy a enfermar —tosí.
—Te advertí que no tenias que comer mucho, y menos andar desabrigada.
—¿Advertirme? ¡si terminaba una golosina y me dabas otra! Y tú eres el que quiso salir en plena lluvia.
Y tú no hiciste nada para impedirlo idiota.
—Yo no haría eso —sus labios se apretan reteniendo una risa.
—Mentiroso —murmuro saliendo del baño a la vez que suelto mi cabello sin peinarlo. Agarro mi mochila y me dispuse a salir.
—¿Irás así? —pregunta a mis espaldas —¿no viste tu rostro? ¡te mirarán mal!
—Me da igual —mi tono me delató. Soné insegura.
—Ni tú te lo crees.
Bajamos a la primera planta y no quise comer nada o sería peor. Abro la puerta y un frío viento golpea mi cuerpo haciendo que me tense. El día esta horrible, ya veo que nieva o llueve de nuevo. Como si lo hubiera pedido, comenzó a lloviznar.
Entro nuevamente a la casa para buscar un paraguas, pero para mi mala suerte no hay ¡Me enfermaré más!