Todo puede cambiar mañana.

c a p í t u l o s e i s: ¡Imbécil!

Decidí dejar a Liliana en paz, de todos modos, merecía descansar un momento.
Al pasar un rato, luego de pensar y pensar, sin darme cuenta, me dirigí a un profundo sueño...

-¿Papá? ¿papito? ¿dónde estás papá?- veía a aquel pequeño llorar, buscando a su padre desesperado, tengo que ayudarlo, pensé.
Intente caminar hacía el pequeño, pero se me era imposible, algo impedía mis movimientos.
Luego de varios intentos fallidos para liberarme de aquello que me sostenía, retome la vista en el pequeño.
Una mujer parecía consolarlo y ayudarlo.
-¿Mamá?- solté, la mujer parecía no escucharme, pero estoy seguro que es mi madre.
Fue de forma extraña cuando todo comenzó a ponerse extraño, algunas personas comenzaron a correr y otras a gritar para salir de lo que parecía una plaza.
-¡Vete!- gritaba un hombre que se dirigía corriendo hacía ellos. Su cuerpo era grande, parecía un hombre fuerte, no podía ver su cara porque estaba de espaldas.
-¿Qué sucede? ¿qué es todo esto?
-Tienes que irte, tú y Tobi.
-Ven con nosotros Tobías, tu hijo y yo te necesitamos, ¡vamos!
-¡Salva a nuestro hijo Samantha! Tienes que irte, tienes que salvarlo.
-¿Qué pasará contigo?
-Escucha muy bien, hay alguien que quiere destruirme, te juro por el pequeño Tobi que me mantendré a salvo, pero tú y nuestro hijo deben irse, esta persona quiere arruinarme, quiere matarme, y no dejaré que arruine sus vidas ni que sus vidas corran peligro.
Te juro Samantha que iré por ustedes, iré a buscarlos, cuando todo sea seguro, cuando esta persona esté muerta. Por favor confía en mi y vete, me encargaré que puedan comenzar de nuevo, como otras personas, pero debes irte y olvidarte de mi, no hables de mi con nadie, ni con nuestro hijo.
No dejaré que les hagan daño. Te lo juro.
-Pero Tobías yo no puedo vivir si ti. Yo...
-¡LUIS LLEVATELA!
-¡NO! ¡por favor! No me dejes, no nos dejes.
-Siempre estaré cerca, lo juro, los amo.

Después de esto, el hombre que despedía a su familia subió a un coche, mientras ella y el pequeño a un helicóptero.
El coche fue detenido por hombres armados, la mujer gritaba desde el helicóptero que estaba empezando su vuelo.

-¡Animal despierta! ¿estás bien?
-¡SUÉLTAME!
-¡Ya está, muñeco! calmate, ¿está bien todo?
Me sentía desconcertado, ¿qué con aquel sueño?
Sacudí mi cabeza para aclarar mi vista, y fue cuando recordé dónde y con quién estaba.

-Lo siento, vaca, tuve un sueño muy extraño, pero ¡mírate! Al fin despertaste.
-¿y cómo esperas que duerma con tus semejantes gritos? Bruto.
-¿De qué gritos hablas?
-¿Papá? ¡papito! ¿DÓNDE ESTÁS?
-¡ESTÁS LOCA!
-Como digas... pero ¿si encontraste a tu papá?, digo en el sueño.
Decidí ignorar la pregunta porque no sabía qué responder; así que en su lugar decidí atacar.
-¿Y qué hay de ti? ¿así que Josh eh?
Liliana cambio totalmente su expresión a algo que no podía descifrar, ¿confusión? ¿enojo? ¿odio? ¿AMOR? ¿es que la vaca estaba enamorada?.
-¿De qué hablas? ¿esque tu sueño te dejó más imbécil?
-¡Oye calmate! Solamente es una pregunta, no es para que te pongas así.
Me miro un par de segundos algo confundida, y entonces comencé a explicarle.
- Veras, vaquita, cuando intente despertarte me llamaste Josh. Eso es todo.
-¡Ohh era eso!- dijo secamente, y decidí no preguntarle nada más sobre aquel nombre que parecía ponerla de malas.

-Así que... ¿te gusta el lugar? ¿te sientes mejor?
-¡Si! Tibias, yo... quería agradecerte, mientras dormías paseé un rato por el lugar y en serio, me encanta, me siento tan bien aquí, de verdad ¡muchas gracias!

Me quede mudo al escuchar aquellas palabras salir de su boca, me sentí feliz de que el lugar le gustará y la hiciera sentir mejor, esa era mi intención.
Con cada palabra que salía de su boca, me sentía mucho más feliz, cosa que jamas hubiese imaginado. Sin darme cuenta mis ojos hicieron contacto con los suyos, si tan solo pudiera describir lo que sentí en aquel momento lo hiciera, pero es algo que nunca antes sentí, supuse que el odio hacía la rubia se me estaba olvidando...