Todo puede cambiar mañana.

c a p í t u l o s i e t e: ¡Olvidalo todo, Tobias!

NA:

¡¡¡Ya somos 500!!!

Muchas Gracias por leerme😁😊

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La cabeza me daba muchas vueltas, me sentía raro, necesita distraerme un poco, fue entonces cundo recordé las muchas invitaciones de chicas para salir a algún lugar, llame a Andrea, porque fue la primera en mi lista de contactos y acordamos vernos cerca de la universidad, tenía planeado ir por algo de comer, beber unas cuantas cervezas y luego invitarla a cualquier hotel que estuviera de paso.
Esa sería una perfecta distracción para esta noche.

Recogí a Andrea donde quedamos, se veía demasiado llamativa y zorra para mi gusto, pero qué importa, sólo quería divertirme un poco esta noche.

-Así que, ¿Adónde me llevarás Tobi?- escuché decir a la pelirroja, sin pensar mucho la respuesta le conteste lo que anteriormente planeé.

-Te llevaré a comer a un restaurante, tal ves luego pasamos a algún bar o discoteca por algo de beber, ya luego vemos qué más se nos ocurre- dije esto con tono seductor y pude escuchar a la pelirroja jadear.

-¿Y si nos saltamos todo eso, y vamos directo al final?- dicho esto, comenzó a pasear su mano suavemente por mi cuerpo, comenzado por mis piernas y terminando en mi pene, que se encontraba erecto.

La escena me resulto muy excitante, pero mantuve mi mirada y mi atención en la carretera.
Andrea comenzó a acercarse mucho más a mi, pude sentir sus caluroso besos en mi cuello, fue entonces que no pude contenerme más, frené el auto, la miré con ojos de deseo, mirada que entendió perfectamente; levanto su pequeña falda, mirándome pícaramente, yo comencé a bajarme el pantalón y mi bóxer, se pocisiono sobre mi erección y fuertemente baje su tanga...
Definitivamente había sido una muy buena distracción.

Después de salir de un restaurante y recuperar un poco la energía, decidimos pasar a una discoteca. Pedimos unos tragos y comenzamos a bailar, luego de un rato había perdido la cuenta de los tragos que había tomado, me encontraba bailando en el centro de la disco, cuando me dí cuenta que deseaba estar con alguien recordé a Andrea, comencé a buscarla pero mi búsqueda fue inútil; entonces me dirigí al baño, al salir una chica rubia llamo mi atención, estaba sentada en la barra tomándose algún trago.

Me encamine hacia la barra.

-¡Ey tú! sirveme un trago igual que el de ella, por favor.

Tome asiento a la par de la rubia. Cuando noto mi presencia volvió su mirada a mi.

-¿Liliana?- estaba seguro que la rubia era Liliana -¿qué haces aquí?, wow te ves hermosa. ¿algunas vez te dije lo hermosa que eres? Liliana yo...

-Tú estás muy borracho, Tobías, deberías irte a tu casa- me interrumpió.

-¿Y qué hay de ti? ¿no has tomado acaso?- solté esto y levante una ceja sintiéndome todo un ganador.

-Mucho menos que tú, aparentemente- dijo sonriendo dulcemente.

-¡A que no haces el cuatro!- la reté.

-Lo haré mucho mejor que tú, querido.

Rápidamente me levante e hice la figura de el número cuatro con mis pies, para mi sorpresa este me quedo perfecto.

-Iguala eso- dije sonriendo.

Me miraba con los ojos abiertos, llenos de sorpresa.

-Tú ganas, digamos que yo estoy más ebria que tú.

-Eres tan hermosa, Lili.

-Yo...- pensó un poco la respuesta y pude ver como bajaba sus hermosos ojos grises, para evitar el contacto.
-Gracias, tú también eres muy guapo.

-No te he dicho guapa, te he dicho hermosa, Liliana. Tus perfectos ojos grises, tus labios- me acerqué un poco a sus labios -la manera tierna en la que sonríes, la forma en la que miras todo aquello que te interesa, la maldita actitud que tienes, todo de ti lili, me encanta, tú- pase mi mirada por toda ella, hasta parar en sus ojos, aún borracho podía sentir aquella sensación extraña que solo ella, sólo Lili podía hacerme sentir -Tú me encantas, Lili.

-Tobias, yo...

-Shhhhh, no digas nada, Liliana, por favor.

Pude sentir cómo Lili acentia a mi petición.

Pegué mi frente con la suya, y no dejaba de decirme a mi mismo: besala, besala, besala, besala.

Y la besé.

Fue un beso increíble, no podría describirlo, fue como llegar al cielo una y mil veces seguidas, su manera de besarme era dulce, tierna, suave, delicada y nerviosa, podía sentirlo.
Yo no desea intensificar el beso ni mucho menos terminarlo, me sentí en el aire, estaba enamorado de la chica que tanto había odiado.

Pase mis manos delicadamente por su rostro, cuando el beso acabó la miré, la miré por tanto tiempo y en ese momento supe que ella no solo me encantaba.

-Liliana, siento todo lo que te hice, todo lo que dije, fuí un estúpido, y lo sigo siendo, yo...

-Shhhh, no digas nada, Tobías, por favor- me interrumpió.

Aquellas palabras me hicieron callar automáticamente, Liliana acababa de decir lo mismo que yo hace un rato, y ahora era ella quién me besaba.

-¡Olvidalo todo, Tobías!, eso es lo que yo haré, esta noche somos dos extraños que se están viendo por primera vez, mañana esto no habrá pasado, pero hoy- se detuvo un momento para observar mi mirada confusa e incrédula -hoy quiero estar contigo, y olvidarlo todo.

¡OMG!
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