CAPÍTULO 1: EL DÍA DE LA COSECHA

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N/A: Muchas gracias por comentar e interesaros por la historia. Aquí subo el primer capítulo... Espero que os guste! Debo reconocer que es de lo mejor que he escrito...

CAPÍTULO 1: EL DÍA DE LA COSECHA

Finnick terminó de arreglarse para acudir a la cosecha. Era una muy especial porque era la última en la que las urnas tendrían papeles con su nombre y era el segundo Vasallaje de los 25. Ese año serían elegidos dos chicos y dos chicas de cada distrito para acudir a Los Juegos del Hambre, en total 48 tributos de los cuales sólo uno sobreviviría. Si normalmente Los Juegos eran casi una sentencia de muerte, ese año eran aun peores. Esperaba no escuchar dos nombres ese día. Uno era evidentemente el suyo y el otro era el de Peeta Mellark. El rubio y él eran amigos desde muy pequeños, tanto que ninguno recordaba cuándo o cómo empezó su amistad, pero ambos sabía que había más que amistad entre ellos. Sonrió al recordar lo sucedido años atrás.

Flashback

Era el día de la cosecha y era la primera vez que los nombres de Finnick y Peeta estaban en las urnas. Antes de acudir al sorteo, se encontraron a unas manzanas de la plaza. Los dos amigos se sentaron en unas escaleras y se miraron a los ojos. Los dos sabían lo que pasaba a pesar de su corta edad, sabían lo que estaban haciendo, lo que empezaban a sentir y lo que podía pasar con ellos en el futuro. Ninguno de los dos quería sufrir y, sobretodo, no querían que el otro sufriera. El niño de ojos verdes pensaban que sólo había una manera de proteger sus corazones y por eso decidió hacer todo lo posible para que los ojos azules que tenía delante no derramaran una lágrima.

Quiero que tú y yo hagamos una promesa, quiero que prometamos no enamorarnos hasta que estemos seguros de que ninguno de nosotros vamos a ir a Los Juegos del Hambre. – Odair propuso, como si hacer esa promesa garantizase que ellos no sufrirían.

¿Por qué? – El más bajo giró un poco la cabeza, como si al cambiar la perspectiva pudiera entender las palabras que el otro había dicho.

Sé que si sale tu nombre va a ser triste pero si me enamoro de ti será aun peor y creo que para ti también. Quiero que hagamos esta promesa para que no suframos más de lo que lo haríamos si uno de los dos es tributo. – Finnick sonrió, intentando convencer al otro de la "lógica" de sus sentimientos.

Si eres tributo yo voy a estar triste. – Peeta se puso muy serio.

Imagínate lo triste que estarás si en vez de ser sólo mi amigo, estás enamorado de mí cuando sea elegido tributo. – El más alto intentó no perder la sonrisa.

Tienes razón, prometo no enamorarme de ti hasta que pase el Día de la Cosecha de nuestros dieciocho años. – Finalmente, Mellark cedió a la petición de su amigo.

Yo también prometo no enamorarme de ti hasta que pase el Día de la Cosecha de nuestros dieciocho años.

Los dos amigos se dieron la mano para sellar el pacto antes de salir corriendo para no llegar tarde, era la primera vez que sus nombres estaban en las urnas y eso ya les ponía nerviosos.

Fin del Flashback

Seis años después, ambos sabían que habían incumplido sus promesas. Los dos se encontraron y caminaron juntos hasta la plaza. Allí esperarían no ser ellos los tributos elegidos ese año. Ya habían planeado quedar en casa de los Mellark después para poder celebrar juntos que se habían librado de Los Juegos del Hambre y comenzar con esa relación que llevaban años negándose. Ninguno de los dos sabía con exactitud cuándo se habían enamorado, pero ambos sabían que habían pasado más de dos años (incluso podría ser más de los seis años que habían pasado desde que hicieran su promesa).

Todos sus compañeros de clase estaba ahí, al igual que niños más jóvenes. Por suerte, los hermanos de ambos eran mayores y no tenían que preocuparse por ellos. Ya tenían suficiente de lo que preocuparse.

Mags Flanagan estaba presente. Ella sería la mentora de los cuatro tributos que acudirían a estos juegos. Hacía años que ella había ganado sus juegos y desde entonces guiaba a los tributos del Distrito 4 para intentar hacerlos vencedores. Tiene 55 años y ganó la edición 11 de los juegos con 16 años. Los que la conocían dicen que Los Juegos la cambiaron, algo que puedo llegar a entender porque debe ser una experiencia muy dura.

Junto a ella, Jamie Dark, el escolta que el capitolio ha enviado para acompañar a los tributos. Su peluca y su ropa era realmente cómica, con más colores que el arcoíris. Su cara estaba tan maquillada que su rostro estaba totalmente irreconocible.

El enviado del Capitolio se acercó a una de las urnas, donde estaba las papeletas con los nombres de las chicas. La tensión entre ellas era casi palpable, al igual que entre los chicos, y no los culpaba. Estaban a punto de escuchar cuatro nombres de cuatro personas que prácticamente estaban condenadas a muerte. Era seguro que, al menos, tres de ellos no volverían.

– Empezaremos con los tributos femeninos. La primera tributo del Distrito 4 es... Susan Brown.

Todos se volvieron hacia una chica de tan sólo 12 años que estaba en las urnas por primera vez. Su largo pelo rubio estaba sujeto en una coleta alta y sus pecas adornaban sus mejillas. Era simplemente hermosa, pero parecía tan frágil y delicada que nadie apostaría que ella ganaría los juegos. Sus torpes pasos la dirigieron hasta el escolta, que sonrió para intentar tranquilizarla.

– La segunda tributo del Distrito 4 es... Jessica Cole.

Esta vez las miradas se centraron en una chica con el cabello y los ojos de color negro azabache algo mayor que la anterior, tenía 15 años. Su piel bronceada destacaba entre la multitud. No era tan bella como la anterior, pero sí parecía más fuerte y menos asustada, al menos caminó decidida hasta su puesto.

– Y ahora pasaremos a los tributos masculinos.

Jamie se acercó a la urna y sacó un papel. El corazón de Finnick latía con fuerza, deseando que su nombre o el de su amado no saliera de esa urna. No podría soportar la idea de perder a ese chico que con sólo una sonrisa hacía que su corazón se acelerara y que se olvidara del tiempo.

– El primer tributo del Distrito 4 es... Finnick Odair.

El aludido no tardó en poner una mano sobre la boca de Peeta mientras que con su brazo libre sujetaba al otro, sabiendo que éste quería presentarse como voluntario para que evitara ser tributo. Él no consentiría que fuera su amado el que acudiera a Los Juegos del Hambre.

– No... Deja que yo sea el tributo, te prometo que volveré. – El joven de ojos verdes susurró, consciente de que estaba prometiendo una cosa que no sabría si podría cumplir. De todas maneras, no era la primera vez que le prometía algo y luego no lo cumplía. Mellark asintió y esa fue la señal para que el más alto aflojara su agarre. Finnick caminó con paso firme hasta el enviado del capitolio, que le dedicó la misma sonrisa educada que a las dos chicas anteriores.

Sólo falta un nombre más, un último tributo para completar los cuatro que acudirían a Los Juegos del Hambre en el segundo Vasallaje de Los 25. Una persona que para Odair dejaría de ser un vecino o incluso un amigo para convertirse en un rival. Iba a hacer todo lo que pudiera para volver junto a su amado y vivir una vida feliz a su lado.

Dark sacó el último papel con el nombre y miró hacia la multitud que esperaba expectante.

– Y el cuarto tributo del Distrito 4 es... Peeta Mellark.


Amor y Destino (Los Juegos Del Hambre - Peenick - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora