CAPÍTULO 14: LA BATALLA FINAL

1.1K 133 29
                                    

N/A: Muchas gracias a todos por leer y comentar... Penúltimo capítulo... Al final he estado intentando organizar la segunda parte pero en principio no tengo mucho que contar, por lo que lo haré como un epílogo largo... Al final, sería mucho relleno y no creo que eso llegue a gustar...

CAPÍTULO 14: LA BATALLA FINAL

El amanecer daba comienzo a la batalla final. Quedaban cinco profesionales y ellos sólo eran tres, por lo que la táctica era muy importante. Tenían un arco, algo que podría ser útil, sobretodo porque Lena había practicado bastante. Finnick miró su tridente, sabía que eso podría marcar la diferencia.

Sin embargo, el joven tenía miedo. ¿Qué pasaría si al final quedaba él junto a una o las dos de sus amigas? ¿Sería capaz de enfrentarse a ellas? La respuesta era "no". Ellas podían llegar a ser felices cuando él había perdido cualquier oportunidad. Sin embargo, tenía en su muñeca el lazo azul, recordatorio de que tenía una familia que seguramente estaba destrozada por la muerte de Peeta y que no estaba preparada para perderlo a él también.

Avanzaron hacia la Cornucopia lo más sigilosamente posible, el factor sorpresa era su mayor aliado para intentar equilibrar las fuerzas. Encontraron un punto desde el que podían ver a alguno de los tributos y no estaba muy lejos, por lo que podían intentar usar el arco y las flechas. Lena se colocó en posición mientras Susan y Finnick se alejaban para atacarlos por detrás cuando intentaran ir tras la pelirroja.

La chica se concentró y rezó para dar en el blanco con la primera flecha. Había estado practicando y los profesionales estaban sentados tranquilamente, comiendo algo a modo de desayuno. El sudor caía por su frente mientras apuntaba con el arma a uno de los más corpulentos. Era importante dejar a los que parecían menos fuertes para el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

Contó mentalmente hasta 20 para darle tiempo a los otros dos a encontrar un lugar desde el cual atacarlos. Cuando acabó la cuenta, disparó la flecha que atravesó el cuerpo de uno de los tributos. Un cañón sonó y ella sonrió, primer objetivo cumplido.

Ella vio como los profesionales se levantaban intentando localizar desde dónde habían sido atacados pero ya tenía una flecha preparada y la lanzó, matando con ella a una chica. Pasara lo que pasase con su última flecha, al menos había conseguido igualar las fuerzas.

Lanzó la tercera flecha pero esa vez no logró su objetivo. Los tributos la habían localizado y corrían hacia ella. Susan salió de su escondite pero cometió el error de pisar una rama y hacer ruido, por lo que los tributos se volvieron para atacarla. Finnick y Lena corrieron hacia allí para intentar ayudarla pero era demasiado tarde. El chico se enfureció tanto que no lo pensó dos veces antes de matar a uno de los profesionales con su tridente. Se volvió para enfrentarse a otro mientras la pelirroja hacía lo propio con la única chica superviviente.

Odair tenía ventaja porque su arma, al ser más larga, le permitía atacar a distancia. Cuando el profesional se dio cuenta, intentó herirlo lanzándole un cuchillo. El arma pasó por su lado, aunque le dejó un corte algo profundo en uno de sus brazos. El joven de ojos verdes resopló pero no se dejó vencer por el dolor, por lo que movió su tridente para acabar con el tributo que estaba frente a él.

Se volvió para ver como Lena estaba desarmada en el suelo y la otra chica estaba levantando su cuchillo para acabar con su vida. Tardó dos segundos en reaccionar pero, para cuando lo hizo, su amiga ya estaba muerta. Sin embargo, aprovechó que la atacante estaba de espaldas a él para clavar su tridente en la espalda de la joven, haciendo que ella también falleciera.

El cañón que anunciaba otro fallecido sonó y Finnick comenzó a mirar a su alrededor, buscando algún superviviente al que hacer frente pero sólo vio cuerpos en el suelo, cubiertos de sangre.

– Señoras y señores, os presento al vencedor de los Quincuagésimos Juegos del Hambre, Finnick Odair.

Un aerodeslizador se acercó a él y lo sacó de la arena. Él se sentía como si su mente hubiera abandonado su cuerpo. No sabía qué hacer ni qué esperar. Nunca se había imaginado como ganador de los Juegos del Hambre. Mucho menos cuando Peeta fue elegido tributo también.

Lo llevaron a un edificio y lo acompañaron hasta una sala donde varias personas comenzaron a curar sus heridas. El brazo necesitó varios puntos pero, a parte de eso, todo pudo ser solucionado sin problemas. Después los estilistas comenzaron a trabajar, lavándolo completamente como lo habían hecho el primer día. Esa vez tenían mucho más trabajo ya que, aunque habían intentado mantener algo de higiene, estaba lleno de sangre, polvo, barro y suciedad.

Un elegante traje verde esperaba por él y se lo puso sin cuestionar nada. Cuando terminaron de peinarlo y maquillarlo, lo pusieron frente a un espejo. Pensó en cuánto le habría gustado a Peeta verlo así, sus ojos verdes destacaban por encima de todo gracias al maquillaje y sabía que su mirada podría enamorar a cualquiera en ese momento... Salvo que a la única persona que quería enamorar estaba muerta.

Lo dirigieron hacia una sala para esperar a que fuera presentado. Mags lo abrazó con una sonrisa reconfortante. Ella asintió y verla así, tan feliz, hizo que algo cálido se instalara en su corazón. No sabía por qué, pero había algo que le decía que no todo era tan malo como parecía.

El presentador sonrió cuando las cámaras lo enfocaron y presentó al ganador de los Juegos del Hambre. Finnick entró y se sintió abrumado por los aplausos de todos los presentes. Parecían realmente felices porque él estuviera allí como vencedor, como si todos ellos lo hubieran deseado.

– Bienvenido Finnick, ¿cómo te encuentras? – El presentador lo saludó y señaló el sillón donde se tenía que sentar.

– Aturdido... Todavía no me creo lo que está pasando. – El joven de ojos verdes respondió. Intentaba sonreír pero no lo conseguía, parecía que había perdido esa capacidad.

– Has ganado, créelo. Eres el vencedor y te lo has ganado con sangre, sudor y lágrimas... Nunca mejor dicho. – El hombre lo miró con compasión.

– Yo no he ganado. Yo he perdido, eso te lo puedo asegurar. – Odair cerró sus puños concentrándose en no llorar. Se dio cuenta de que en una pantalla salían imágenes de él en la arena y sintió como si un puño se cerrara alrededor de su corazón cuando vio a Peeta mirándolo con amor. Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos y decidió no hacer nada para disimularlas.

– Tengo una sorpresa para ti. Tal vez eso te haga pensar que sí que has ganado. – El presentador comentó y el plató cambió las luces de manera que todo estaba oscuro salvo un foco que iluminaba a Finnick. El joven miró a su alrededor aturdido, no sabía qué iba a pasar. Una música suave sonó de fondo, una melodía dulce y romántica que hacía que su corazón se encogiera.

Amor y Destino (Los Juegos Del Hambre - Peenick - boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora