Lección 2: Confesión

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Baekhyun se equilibraba caminando con una bandeja con dos cafés y un pote de lo que aparentemente era azúcar, en las manos. Empujó con el hombro la puerta que daba a su habitación y entró tambaleándose.

-Lo siento profesor Park –se disculpó con el mayor, que se encontraba sentado revisando unos papeles. Colocó la bandeja en el escritorio -Mi mamá no está aquí hoy, así que todo tuve que prepararlo yo, pero...

-Oye, no te preocupes –lo cortó Chanyeol –Además estoy aquí para ayudarte con tus estudios, pero... -hizo una pausa y alzó la vista para clavar sus ojos oscuros en los del rubio –Gracias Baekhyun.

Los labios de Baekhyun se abrieron ligeramente y un sonrojo cubrió sus mejillas. Apartó la vista notablemente incómodo, aturdido por los latidos de su corazón, que había decidido por su cuenta, pulsar desbocadamente.

Después de recibir, la última vez, semejante castigo, cada vez que sus ojos se cruzaban sucedía lo mismo. Su corazón latía tan rápido como jamás lo había hecho, y no era capaz de sostenerle la mirada ni siquiera por un segundo. Baekhyun ya no sabía cómo actuar ante él, porque nunca sabía lo que el azabache estaba pensando.

Estaba dándose cabezazos mentales por comportarse como un idiota cuando un sonido ahogado lo trajo de regreso a la realidad.

-Baekhyun... –dijo Chanyeol tras dar el primer trago de su taza de café –Esto no es azúcar, sino sal –comentó entre irritado y sorprendido tras saborear el contenido de la taza.

-¿Qué? –Baekhyun vio con horror que efectivamente, había traído el pote de sal para la merienda –Yo-yo ¡lo-lo siento! –se disculpó tomando el salero entre sus manos que ya se encontraban temblando.

Chanyeol solo lo observaba desde su asiento, divirtiéndose con las reacciones del menor.

-Hm... -se tomó de la barbilla con gesto pensativo y lo recorrió con la mirada –Además, hace rato he notado que tu camiseta está... –sonrió de lado antes de continuar -... al revés, y también la llevas puesta del lado opuesto –indicó con el dedo índice la etiqueta que colgaba en frente.

Baekhyun agachó la mirada para encontrarse con la etiqueta con el porcentaje de algodón e indicaciones varias sobre el lavado de la prenda, adornando su cuello cual dije de collar.

-¡Mierda! –se quejó, ¿por qué continuaba haciendo esas cosas?

-Como siempre continúas haciendo cosas tontas –se rio Chanyeol, pero más que burlón, su tono había sonado un tanto cariñoso –Ven –pidió enderezándose y deslizando una mano bajo la prenda del estudiante, acariciando sutilmente la piel de su abdomen mientras arrastraba con ella la tela -¿Te ayudo a cambiarte? –propuso en un susurro al oído de Baekhyun, sujetándole por la cintura con la mano libre para evitar que el pequeño se cayera de espaldas, ya que la repentina cercanía había hecho que se eche para atrás.

-Yo... -Baekhyun jadeó – ¡Puedo hacerlo yo solo! –respondió alarmado al caer en cuenta de la situación, deshaciéndose del agarre como si este quemara, y poniendo una distancia de tres metros entre ellos.

-¿De verdad? –preguntó Chanyeol aun con una sonrisa juguetona en los labios –¡Qué pena! –comentó con falsa tristeza.

Baekhyun aún se abrazaba a su remera, con el rostro de un rojo furioso, cuando se alejó dos pasos más, y le dio la espalda al mayor para colocarse la prenda apropiadamente. Mientras lo hacía un repentino sentimiento de inquietud lo invadió.

-Profesor Park... -lo llamó quedamente.

-¿Hm? –respondió Chanyeol sentado en su silla giratoria, apartando la vista del libro que tenía entre las manos. Había decidido dejar de jugar con Baekhyun y darle su espacio para que se cambiara tranquilamente.

Profesor Particular [Baekyeol/Chanbaek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora