Capítulo 37.

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Caín.

El sonido de mi móvil inundó toda la habitación. Era la alarma que Jason había programado para que me diera tiempo de arreglarme.

Pero como la persona perezosa que me había vuelto con el embarazo, la ignore.

Me volví a acomodar en posición fetal pues mi vientre aún me lo permitía y seguí con mi dulce sueño.
Lo que sentí yo unos diez minutos después, mi móvil comenzó a sonar y vibrar en la mesita de noche, gruñí, Jason seguro había puesto más de una alarma pues me conocía perfectamente.

Me levante despacio de la cama y me apoye en la cabecera de esta. Frote mis ojos con mis manos y me desperece, sentía como que había dormido una eternidad.

Me levante de la cama y fui directo a la ducha, pero antes de entrar las chicas estaban irrumpiendo en mi habitación, las fulmine con la mirada. Ellas rieron inocentes.

-Holaaaa, Caín.-chillo Hannia.

-¿Que hacen aquí?-pregunte indiferente mientras me metía al baño.

Ellas me siguieron.

-Hola chicas, ¿cómo han estado?-ironizó Hilary.-Joder Caín, somos tus mejores amigas, no nos hemos visto muy seguido porque últimamente traes un humor de perros y ahora nos recibes así, no sé si es el embarazo o de verdad no nos quieres cerca.-su voz se cortó.

La mire sorprendida y me di cuenta que tenía razón, estos últimos meses me había alejado de ellas y en especial de Hill, ella y yo éramos inseparables y ahora casi ni nos veíamos. Mi pecho dolió, me dolía no haberme dado cuenta que estaba alejando a mis amigas inconscientemente, y si, por el embarazo me había vuelto un poco odiosa, pero ahora que lo pensaba con Hill había sido más grosera, en definitiva yo era una perra.

Me acerque a ella, en esos momentos sus ojos ya estaban cristalizados por las lágrimas. La tome de los hombros y la acerque a mí, ella paso sus brazos por mi cintura y comenzó a sollozar, me sentía la peor mejor amiga del mundo, mi corazón se rompió un poquito. La abrace con todas mis fuerzas, ella siempre había estado a mi lado y no había ninguna justificación ante mi actitud, ni siquiera el embarazo.

-Lo siento, Hill, he sido una perra pero juro que no lo hice intencionalmente, te juro que te amo y que jamás te alejaría, eres mi mejor amiga. Lo siento, lo siento de verdad chicas.-mire hacia donde Hannia y ella también estaba llorando. Le hice un gesto para que se acercara y la tome de la mano. Nos unimos en un gran abrazo.-De verdad lo siento, soy una perra.-solloce.

-Lo eres.-rió Hannia.-Pero te amamos y en cierto punto te entendemos, solo por favor no lo hagas más, entendemos tu estado pero queremos compartir un poquito contigo esta etapa.-la mire con ternura.

-Lo prometo, desde ahora ustedes estarán cerca de mí, son mis mejores amigas, mis hermanas y quiero compartir todo esto con ustedes.-les deje un beso a ambas.- ¿Me perdonan?

-Claro que si idiota.-Hill me miro y me apretujo en un abrazo.-Te amo, nena.-rió.-Eso son muy cursi.

Reímos todas y yo asentí.-Bueno yo debo arreglarme, Jason quiere que salga con él.

-A eso veníamos, Jason nos avisó que te llevaría no sé dónde, para no sé qué.-Hillary se dirigió a mi armario y comenzó a buscar lo que usaría.

-¿Que creen que me tenga preparado?-pregunte animada.

-Pues solo nos dijo que usarás algo formal pero cómodo, pero no tenemos ni idea.-Hannia se encogió de hombros.

-Bueno, vale, me iré a duchar.-ellas asintieron.

Cerré la puerta del baño y comencé a desvestirme, escuche que las chicas murmuraban algo pero no le preste atención, me enfoque en darme una ducha que relajara mi cuerpo.

Caín. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora