Capítulo 24

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Caín.

Jason estaba tirado en el suelo y yo estaba de pie, pero con un maldito dolor en el hombro.

Yo le había disparado en la pierna, para que no pudiera caminar pero solo había sido una herida superficial. Cuando el cayó, aproveche para acercarme y alejar su pistola lo más lejos de él.

-Lo encontre.-dije.

-¿Dónde?.-pregunto alguien.

-Arriba, última puerta y dense prisa.-grite.

Me acerque a Bruno y revisé su pulso, aún respiraba, me levante y gemí de dolor cuando levante un poco el brazo.

Vi a Jason que también gemía de dolor. Él me miro y sonrió.

Será imbécil. ¿Como podía sonreír?

Me acerque a él, tome un pedazo de mi blusa, lo rompi e hice un torniquete en su pierna. Se tenso cuando lo toque pero no me importo.

-Chica ruda, ¿recuerdas?-dije cuando apreté la tela, él no me miraba.

-¿Cómo es posible que me hayas disparado y ahora estés tratando que no me desangre?-me encogi de hombros.

Me aleje de él y vi como Cameron y Tony entraban corriendo. Pararon en seco cuando vieron a Bruno y cuando me vieron a mi y a Jason sus ojos se abrieron de golpe.

-Saquenlo de aquí.-dije sin alejarme tanto de Jason.

-Caín, debemos...-corte a Tony.

-QUE SE LO LLEVEN DE UNA PUTA VEZ-grite.

Ellos solo asintieron, tomaron a Bruno y salieron de ahí.

Me gire a Jason y él me miraba fijó.

-Lo siento, mi amor.-le dije, me agache hasta él y le deje un beso.

Me levante y sin mirarlo lo golpeé con la pistola en la cabeza. Cayó desmayado.

-Lo siento amor, lo siento.-sollocé.

Salí de ahí como pude y cuando baje diez policías estaban atados e inconcientes.

Salimos lo más rápido de ahí. Las sirenas de las ambulancias y patrullas sonaron. No mire atrás, nadie lo hizo.

...

Estábamos ya en casa, el doctor me había revisado la herida y de igual forma que la de Jason, solo era superficial. Necesito tres puntos pues solo me rozo.
Estaba ya en mi cama y todos estaban a mi alrededor. Todos hablaban y contaban lo sucedido. Papá estaba a mi lado jugando con mi cabello, mientras él hablaba con sabrá Dios quien.

Yo solo estaba pensando en lo sucedido, las voces se escuchaban a lo lejos. Mi vista se torno borrosa y me di cuenta que estaba llorando cuando todos callaron y papá me comenzó a susurrar cosas al oído. Pero yo seguía sin escuchar nada. Mi cuerpo se sacudia por mis sollozos. Estaba llorando como una pequeña, como hacia años que no lo hacia. Mis sollozos se hicieron más fuertes y mis gritos salieron sin que yo pudiera controlarlo.

Sentí como me abrazaban, pero maldita sea que no me podía calmar, ya ni siquiera sentía el dolor de mi hombro. Solo sentía una maldita presión en mi pecho, como si alguien me estuviera enterrando un puñal en el corazón.

Tenía que ir con Jason, tenía que hacer que me perdonara, hablar con él y contarle todo. Él tenía que entenderme, tenía que hacerlo.

Intente levantarme, pero unos brazos me sujetaron, intente soltarme de su agarre pero mis fuerzas no eran muchas, grite y grite para que me soltaran, pero lo único que recibi como respuesta fue un pequeño piquete.

Eso provoco que todas mis fuerzas se fueran a la mierda, y por segunda vez me habían sedado.

-Jason.-susurre para después caer rendida.

...

Me desperté por la luz que entraba por mis ventanas. Sentía mi cabeza explotar y mi hombro ardía como el maldito infierno. Todas las imagenes de la noche anterior vinieron a mi mente y unas malditas lágrimas se hicieron presentes.

No podía seguir así, necesitaba seguir con mi vida de mierda. Tenía que aceptar que esto se había acabado y que ya nada ni nadie podía repararlo.

Sentí unas ganas inmensas de volver el estómago y salí corriendo de la cama. Escuche como mi papá llamaba desde la puerta, entro al baño y sostuvo mi cabello mientras sobaba mi espalda.

Cuando termine me levante, me lave la cara y los dientes, mi padre me miraba con cautela.
Necesitaba uno de esos abrazos que me hacían sentir segura, que me hacían sentir pequeña de nuevo, como cuando sabía que nada me pasaría porque él estaría ahí.

Lo abraze pero no lloré , es como si anoche todas mis lágrimas hubieran desaparecido.
Solo me aferré a él, porque mi padre sería el único hombre que jamás me dejaría, que jamás me lastimaria.

Papá me toco la frente y se alejo de mi.

-Mi amor, estas ardiendo. Deja llamo al doctor.-dijo y sin dejarme chistar salio de mi habitación.

Tome un cepillo y comencé a peinar mi cabello, era como si ya no sintiera nada, como si de pronto el dolor hubiera desaparecido. En mi mente solo tenía a una sola persona, solo tenía a Jason.

Papá entro con el doctor y me sorprendi por su rapidez, tal vez al pobre doctor lo hicieron dormir aquí.

Me sento en la cama y comenzó a revisarme, yo solo hacia lo que me pedía.

-Necesita descansar, le dejare unas píldoras para el dolor y para que duerma.-dijo el doctor. Yo asenti.

Papá lo acompaño a la puerta y después se sentó en la cama. Papá me dio dos pastillas, me paso un vaso de agua y las trague.
Me recoste y me hice una pequeña bolita a su lado. Él me abrazo fuerte, sentí que no estaba sola, que necesitaba luchar por mi familia. No me podía dejar vencer.

Era Caín Russo y por Dios que esto no acabaría aquí. Pero hoy sólo necesitaba  dormir y que mi papá se quedara a mi lado. Lo necesitaba ahí para poder seguir mi camino.

-No te vayas, papi.-le dije mientras me aferraba más a él.

-Nunca mi amor, nunca.-me dejo un beso y mis ojos comenzaron a cerrarse.

Me deje caer en los brazos de Morfeo.

Caín. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora