Capítulo 42.

2.5K 129 4
                                    

5 meses después.

Jason.

-Jason.-escuche un susurro.

-Amor.-me moví.

-¡JASON!-el grito de Caín me sobresalto. Caí de la cama.

Joder.

Me levante del piso y me desperecé. Observé a Caín y se veía agitada.

-¿Qué pasa?-me sobe el trasero. Algo me había picado.

-Jason, trata de no alterarte, pero ¡rompí!-grito.

-¡Fuente! Ahh, Jason.-abrí los ojos y me puse los zapatos brincando.

Corrí al armario y tome las maletas que habíamos preparado hace unas semanas. Caín respiraba y se escuchaban sus pequeños quejidos. Tome un jean y mi chaqueta, salí del armario y le ayude a Caín a ponerse su chaqueta, no me preocupe en cambiarla porque siempre llevaban un pantalón de pijama.

Tome las llaves del auto y mi móvil. Cargue a Caín y salí de casa.

-Te odio Jason, joder te odio.-Caín mordió mi hombro. Yo gemí.

La baje frente al auto, ayudé a que se acomodara dentro y salí disparado al asiento del pilotó.

Conecte mi móvil al auto y marque el número de Gucci.

-Gucci.-su voz soñolienta resonó en el auto.

-Dante, Caín rompió fuente.-hable.

El semáforo se iba a poner en rojo, así que aceleré.

-Lo siento, nena.-miré a Caín por el retrovisor.

-Jason te veo en el hospital, voy saliendo.-me informó Dante.

-Adiós.-colgué.

-Jason, cántame una canción.-mire a Caín por el retrovisor y estalle en una carcajada.

-Cuando salga del hospital te golpearé hasta matarte, idiota.-me gruño.

-Venga, tranquila y respira, mi amor.-soltó un grito y me estremecí.

Dios, no quería ni imaginarme lo que estaba sintiendo.

Llegue al hospital en tiempo récord, Gucci ya estaba fuera y a su lado estaba Damián, mierda, no les había hablado a los chicos y a Adam.

Baje del auto y dos enfermeros se acercaron a nosotros y me ayudaron a bajar a Caín y a sentarla en una silla de ruedas. Ella soltaba maldiciones.

Damián reía bajito. Dante daba indicaciones a todos y yo no sabía que mierda hacer, apenas entraba en la cuenta que mis pequeños nacerían, que conocería por fin a mis dos chiquitos.

Dios, tenía tantas ganas de conocerlos, tenía tantas ganas de tenerlos entre mis brazos, de decirles cuanto los amaba.
Ellos eran mi vida entera ahora.

-Jason.-Damián me saco de mis pensamientos.

-¿Eh?-hable.

-Tienes que ir dentro, Jason, yo les llamare a todos.-asentí y salí disparado tras Caín.

Una enfermera me llevo a un cuarto para verla, la pelirroja sudaba como si hubiera corrido un maratón.

Caín gritaba maldiciones, aventaba cosas a diestra y siniestra.

Todos mantenían una distancia prudente mientras Dante la revisaba.

-Caín tienes 4 centímetros de dilatación, necesitas 10.-Dante me miró.-o podríamos preparar el quirófano para una cesárea.

Caín. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora