Nunca los separen.

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Desde siempre han estado juntos, y era muy inusual ver a uno de ellos caminando sin el otro, las personas comunes nunca vieron a dos seres vivientes tan unidos, no era normal, no suele darse situaciones como las que ellos han pasado, pero no fue de relevancia su necesidad de que ambos estén cerca hasta que hubo clases y se dio una situación terrible que demostraba su verdadera existencia aunque esta desafía completamente el sentido de la lógica y lo común, aun así era real.

Ese fue el día en que las clases reales comenzaron, Stanley, Stanford y Fiddleford apenas habían conseguido llegar a tiempo, considerando la distancia entre los salones y el lugar donde residen, bueno, era razonable y aceptable, tuvieron la suerte de encontrar lugares vacíos, porque a los demás no les importa su puntualidad, así que el nuevo trio de amigos se separó y luego llegaron los otros estudiantes y el profesor, que se disculpó por la demora, iniciando la clase.

El maestro había explicado la mitad de la clase, oyendo murmullos y otras conversaciones sin importancia, aunque unas eran respecto al tema que él mencionaba, cuando sintió de inmediato que algo no iba bien y cuando volteó, vio a uno de sus estudiantes distraído, dejo de escribir y dirigió su atención a esta persona, causando el silencio de toda la sala por temor de los estudiantes a que fuera por ellos que el maestro no continuará con su escritura.

Stanley no le prestaba atención al maestro, no le importa lo que esté diciendo, ya conoce todo ese tema, lo sabe de memoria y si algo era aburrido no quiere saber nada al respecto, además de haberlo memorizado por completo, la repetición de un tema es el causante de la corrosión en su mente, su atención se dirigió a su hermano sentado a una distancia segura y donde ninguno saldría lastimado, con los días estarán uno cerca del otro, pero hoy, sobre todo aquel día sería sospechoso si están juntos, por otra parte estaba Fiddleford, quien si estaba a un lado de él, su nuevo amigo intentaba hacerlo reaccionar y sacarlo de su imaginación, sin embargo es un fracaso asegurado los intentos de la mismo acción.

"¡Sr. Pines!" Habló con fuerza el mayor.

Esto fue lo único que consiguió sacarlo de ese estado, el maestro observo como dos estudiantes con muchas similitudes externas le dirigieron la mirada en forma de respuesta, el mayor sacó una lista con todos los nombres de sus nuevos alumnos y en ella hubo escrito dos veces el apellido.

Stanford y Stanley Pines.

Dejo las hojas en su escritorio. "¡Usted!" Señalo a Stanley y tomo su herramienta de escritura. "Termine de explicar la clase"

"¿Qué?" Dos voces exclamaron a la vez con sorpresa.

"¿Tengo que hacerlo?" Cuestiono Stan con aburrimiento.

El mayor asintió y no le quedo opción, se levantó y miro con odio a su profesor, quitándole de mala gana una tiza blanca, observó los datos escrito, era frustrante ver lo que se colocó allí, un problema sin resolver, la misma interrogante de la existencia misma, vio a su maestro quien regreso con indiferencia la mirada, luego a Hadron que tenía miedo y al final a su hermano, quien era la respuesta a la versión propia de la cuestión, no podría poner Stanford Pines como solución a la pregunta, no era correcto hacerlo y era la interrogante para todos los seres vivos razonables.

Aunque era cierto, Stanford era el único que debió sobrevivir, si Stanley está viviendo es para proteger a su gemelo, para ayudarlo cuando nadie este y quererlo, él era la respuesta y motivo de su existencia, ¡Demonios!, lo ama al nivel más alto de incorrecto, en donde ese afecto que siente no tiene que existir, se dio vuelta sintiendo tranquilidad ante ese cariño prohibido que sienten uno por el otro, los demás están de sobra en su vida, Ford era lo más importante y siempre lo será.

Días de escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora