Pesadillas.

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La oscuridad.

Es lo único visible en su entorno, quisiera ver sus propias manos, debido a la ausencia de luz, es imposible, aunque diría tenerlas enfrente de él, murmuro palabras para sí mismo y apoyo cada mano en una pared, estas paredes se extienden a medida que avanza, dando la impresión de ni siquiera estar progresando, si está realmente caminando, es un pasillo muy largo, sigue recorriendo el pasadizo con cuidado, temeroso de tropezar con algo y caer, caer sin saber si tocara el suelo o continuara descendiendo en la infinita oscuridad, sus pasos son lentos, con calma, apoyando sus manos en las paredes de los lados, el sonido de sus pasos son audibles, hacen eco en el extenso pasillo, hay agua en él, el aire es húmedo, un poco sofocante y difícil de respirar, pero es mejor a que le fuese imposible, la oscuridad consume el lugar, en su camino por encontrar una salida del lugar, le gustaría saber dónde está, porque le es imposible reconocer el lugar, por muy familiar aspecto que este tenga.

Suspiro, está agotado, no sabe cuánto tiempo ha caminado, unas horas, días, quizá exagera y han pasado minutos, es completamente ciego, no hay luz, no hay nada más que él allí, no puede acertar haber tomado una buena decisión, desconoce si está acercándose a la salida, o si se está alejando más de ella, un aire frío golpea su rostro, se estremece y una mano sujeta su abrigo, con ese viento llegan un conjunto de voces, todas eran conocidas, no les recuerda, le están lastimando, es doloroso, coloca ambas manos en los oídos, tratando de no oírles, una voz fuerte, odiable, despreciable, siente una presencia, esta se acerca y dice con maldad, "Podrás detenerme, pero no deshacerte de mí, porque he sido parte de ti y siempre lo seré..."

Un escalofrío recorrió su cuerpo, apenas puede respirar, siente a quien sea que le hable, susurrar esas palabras, unas garras se entierran en su hombro, no puede moverse, tal vez por miedo o por que quien fuese el propietario de la voz se lo impide, las garras se fueron, dejándole otra vez solo en la oscuridad, inhaló con fuerza, respirando otra vez, todo lo escuchado con anterioridad, se fue, oía unos pasos avanzar hacia donde se encuentra, aunque no es posible ver sus propias manos enfrente suyo, siente esa presencia allí, justo delante suyo.

"¿Eres tú?"

"¿Qué?"

"Eso me es suficiente"

Una mano agarro la suya, llevándole por el lado contrario, estaba tan perdido que iba en la dirección equivocada, no descarta la idea, puede ser un peligro, sin embargo, tiene un presentimiento para dejarse guiar por esta persona, era muy veloz, este casi le arrastra, hasta que finalmente llegan a la blancura total.

Esta vez, puede ver a la persona quien le arrastro por todo el camino, tiene cabello gris, algunos mechones del cabello son blancos, viste de forma elegante, un traje común a excepción del saco, que es un abrigo largo color café, ondeando sin haber viento para moverlo, incluso con su cabello, los pocos rasgos visibles del rostro, demuestra que es una persona joven, con una actitud fría, imposible de ocultar por su forma de hablar, no puede verle los ojos, aun así siente su mirada en él, analizando con calma la situación, era incomodo, oyó un suspiro, tranquilo, con tristeza.

"Yo ya no puedo hacer más" Murmuró la extraña persona mirando el piso blanco.

"¿Quién eres?" Cuestiono con curiosidad.

"Es tu decisión"

Con eso, la persona se dio media vuelta y camino en dirección a la mancha oscura en el mundo blanco que les rodea.

"Espera, ¿A dónde vas?" Cuestiono al ver a la persona misteriosa dirigirse a la oscuridad.

"A un lugar en donde yo no te ponga en peligro" Dijo retomando su camino.

Días de escuela.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora