Capítulo 7.

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— Chicas ¡Bienvenidas a Alemania! — habló Bill — No hay tiempo que esperar, bajemos entre más pronto nos desocupemos, más rápido podremos ir a casa.

Cuando todos bajaron del avión, fueron llevados directamente al estudio privado que tenía la banda para poder terminar unos asuntos pendientes.

Después de resolver todo lo que hacía falta, cada uno decidió retirarse a sus casas para pasar tiempo con sus familias, después de todo el tiempo que habían pasado lejos, era necesario, pero había dos personas en ese recinto, que aunque por más que quisieran pasar tiempo con su familia, no podían, puesto que ahora eran ellas las que se encontraban lejos.

— ¿Quieren ir conmigo y mi familia a pasar estos días? — se ofreció Georg, tratando de ser un poco amable con las jóvenes.

— No, gracias Georg, preferimos ir al hotel a descansar un poco — habló Isabela.

— ¿Están seguras de su decisión? — habló Tom — creo que Simone estaría más que feliz de tener visitas en casa.

— Muy segura — volvió a contestar Isabela — además, así podemos conocer un poco la ciudad y empezar unos trámites.

— Bien, como quieran — respondió Tom — Nos vemos después.

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Como era común en Georg y Tom decidieron ir a bailar a un lugar llamado Enigma, ese lugar lo conocían desde hace mucho tiempo.

La noche iba bien en ese momento no había excusa para decir que esa noche era mala, de hecho la noche le tenía preparado algo mejor a uno de los dos chicos.

Tom vio una cabellera negra, rizada que hasta cierto punto le recordaba a alguien, sin pesarlo se acercó a ella, entre más se acercaba su corazón más rápido andaba; con mano temblorosa, y con un "Disculpa" apenas audible toco el hombro de la chica. En cuento vio esos enormes y expresivos ojos color café, supo que su corazón ya no le pertenecía, por segunda vez.

— ¿Qué haces aquí? — el joven preguntó, aunque aún seguía en shock al ver esa dulce sonrisa.

— ¿Tom? ¿Tom Kaulitz? No lo puedo creer, te medio perdí la pista — contestó la joven.

— Lo sé, hace un tiempo que no paso mucho tiempo en Alemania, Yari. Pero dime ¿cómo has estado tú?

— Bien, dentro de lo que cabe. Pero ¿y tú? Que no deberías estar en alguna gira o en una firma de autógrafos.

— Aunque no lo creas, nosotros, las estrellas del firmamento tomamos vacaciones para pasar un tiempo con ustedes los mortales — el joven sonrió ante su comentario — ¿Sigues estudiando? O por fin se nos hizo tenerte con la gente que trabajamos.

— Sip, aún estoy estudiando, de hecho comencé una especialidad en pediatría no hace mucho.

Durante largo rato los dos permanecieron hablando de lo nuevo y recordando viejos tiempos. Cuando llego el momento de partir, Tom como buen caballero que era se ofreció para llevar a la dueña de su corazón y alma a su casa.

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Cuando Tom volvía a su hogar, muchos recuerdos regresaban a su mente...

Flash back

— Tom apúrale, como siempre tan lento — grito Yari a lo lejos.

La chica era de piel blanca perfecta para una chica de su edad, cabello rizado y negro como la noche, delgada se podía ver que era cuidadosa con su alimentación, estatura media que claramente la hacía ver linda, y por ultimo sus grandes ojos expresivos que demostraban en ella una sinceridad, que nadie más podía percibir, más que el chico que llevaba al lado en ese momento.

Dos Caminos, Un Solo Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora