Hoy, después de dos semanas de vacaciones, tocaba volver a la horrible rutina de siempre, de volver a la cárcel donde no hacen más que meterte información en la cabeza y no se tiene en cuenta el cómo te encuentras. Miriam, al salir de la cama, soltó un pesado suspiro, el tener que volver a ver de nuevo no le hacía ninguna gracia. Se tomó una ducha con agua templada, para ir quitándose el sueño poco a poco. Al estar lista fue al armario y cogió el uniforme: se puso la camisa blanca con su corbata roja, la americana negra y falda corta negra. Después se puso los calcetines negros con zapatos marrones oscuros. Cuando ya estuvo arreglada, respiró profundamente y bajó a desayunar, encontrándose en la encimera una nota de su madre, que ponía que iba a estar de viaje con la empresa durante varias semanas, pero que le enviaría dinero cada día para que se cuidara ella sola. Soltó un suspiro y se preparó un zumo de naranja. Cuando lo bebió lo puso dentro del lavavajillas y al ver que le quedaba media hora, se lavo los dientes y peinó rápidamente. Cogió la mochila, guardó el móvil dentro de un bolsillo interno de la americana, y al salir de casa, sacó las llaves y cerró la puerta. Respiró profundamente y puso camino al instituto, observando a su camino todo lo que le rodeaba: la gente con esmoquin con su café en la mano, las tiendas preparándose para abrir... Todo volvía a la normalidad, a la rutina de siempre. Tras haber estado caminando 10 minutos, llegó finalmente al instituto, encontrándose a varios profesores en la entrada hablando por lo bajo, despertando así la curiosidad de la chica, ¿qué tramaban? ¿Una actividad extra escolar tal vez? No le tomó mucha importancia, ya que seguramente alguien lo sabría y lo iría diciendo por todo el instituto. Nada más entrar a clase su mejor amiga, Laura, se abalanzó sobre ella, no se habían visto en todas las navidades.
"¡No te he visto en todas las vacaciones, ya te vale!"
"Perdona perdona." Soltó una pequeña risa y ambas fueron a sus pupitres, esperando a que viniera la profesora de castellano. "Estaban mis padres y estábamos recuperando el tiempo perdido."
"¿Y yo que?"
"Me vas a ver todos los días, ¿qué más quieres?" Laura infló los mofletes y la abrazó con fuerza. Entró la profesora de castellano y todos se callaron, sacaron el material necesario y así comenzaron las clases. Pasadas las tres primeras clases de la mañana, todos salieron de las clases corriendo para ir al patio y ponerse al día de todo lo que había pasado durante las vacaciones. Miriam y Laura se sentaron en el césped, comenzando a tomar el almuerzo mientras que pusieron a un volumen muy bajo música del móvil.
"Oye, ya que tú te enteras de todo, ¿sabes si traman algo los profesores? Los vi esta mañana cuchicheando por lo bajo y no me he enterado de lo que hablaban."
"Pues... Creo que es de alguna sustituta, pero mis fuentes no han averiguado nada más."
"Y creía que te enterabas de todo.." Laura le dio un pequeño puñetazo en el hombro.
"¡No chinches!"
"Lo echabas de menos y lo sabes." Ambas rieron por lo bajo y fueron poniéndose al día, mientras que vigilaban que ningún profesor se acercaba a ellas. Cuando sonó el timbre Miriam guardó el móvil en el bolsillo de la americana y entraron en el edificio. Unas salas antes de su aula, había una profesora con un montón de cajas en la mano, intentando coger las llaves de su bolsillo para abrir la puerta del departamento. Laura se rió de ella por lo bajo y Miriam se acercó a ella. "¿Necesitas ayuda?" La profesora la miró de reojo, sonriendo levemente.
"Haz el favor y coge las llaves que las tengo en el bolsillo derecho de la chaqueta, después abre la puerta." Miriam asintió con la cabeza y metió la mano en el bolsillo, sacando las llaves. La profesora se apartó y Miriam, al abrir la puerta, cogió varias cajas y ambas entraron a la sala, dejándolas encima de la mesa. Soltó la profesora un suspiro y se acercó a la chica, acariciando su hombro. "Menos mal que aún queda gente con educación, muchas gracias por todo." Miriam sonrió y le devolvió las llaves.
"No podía dejar que estuvieras pasándolo mal." La profesora le dio la mano, a modo de presentación.
"Soy Sam, la sustituta de biología humana, espero tenerte en clase." Miriam no pudo evitar sonreír levemente y le estrechó la mano.
"Miriam, encantada. Nos vemos a última hora, solo diré que mi clase cuando quiere es muy.. Insoportable." Sam soltó varias carcajadas y le acarició la mejilla, mirándola a los ojos fijamente.
"Bueno, siempre puedo echar a todo el mundo y quedarnos tú y yo a solas." Bajó la mano muy lentamente, acariciando el cuello. Miriam se sonrojó levemente y dio varios pasos hacia atrás, apartando luego la mirada.
"He de irme, que tengo clases."
"Hasta luego." La profesora sonrió ladinamente y Miriam salió de la sala, encontrándose a Laura esperándola justo enfrente.
"Creí que te había secuestrado o algo esa chica. ¿Estás bien? Estás muy sonrojada."
"Era la sala, que tenía la calefacción encendida." Entraron a clase y sacaron el material. "¿Sabes quién era?"
"¿Lo has averiguado sin mí? Que orgullosa estoy."
"Es la sustituta para biología humana."
"¿La momia no está? ¡Qué alegría!" De la emoción tiró el estuche por los aires, haciendo que salgan todo tipo de materiales de él. Laura se llevó las manos a la cara y comenzó a recogerlos.
Pasadas dos horas más y el patio, llegó finalmente la clase de biología humana. Sam entró a clase, mirando a todos de reojo. Dejó varias cajas en la mesa y se puso en el centro de clase.
"¡Hola a todos y a todas! Soy Sam y voy a ser la nueva profesora de biología humana durante un tiempo. Supongo que muchos profesores habrán empezado hoy las clases y estaréis agotados, así que.. ¿Qué os parece que hoy tomemos la clase de relax y ya mañana comencemos con la materia?" Todos comenzaron a aplaudirla y a silbarla. "Muy bien, ¿alguna sugerencia? ¿Queréis que abramos algún corazón?" Se pudo observar que varias personas se llevaron la mano a la boca del asco que les había dado imaginarse esa escena.
"¿Y no podemos irnos a casa?"
"¿Y perder la oportunidad de pasar el rato juntos?" La sustituta negó con la cabeza. "Va a ser que no, ¿otra sugerencia?"
"Podríamos ver Gattaca." Sugirió un chico de clase.
"Buena idea, y justamente la tengo en el pen." Fue a los ordenadores y puso la peli. Todos se sentaron en la mesa y hablaban en voz baja mientras que hacían parecer que prestaban atención. Sam se sentó en la fila que había detrás de Miriam y Laura, aprovechando que estaban vacías. Miriam miró de reojo y vio que la profesora la estaba mirando, así que rápidamente apartó la mirada. Laura juntó más la silla con la suya, para poder hablar.
"No me gusta el rollo que lleva, ¿se cree guay?" Miriam se encogió de hombros.
"A mí me cae bien, además, parece maja." Laura la fulminó con la mirada, con el ceño fruncido.
"Estás mal de la cabeza."
"Al igual que todos." Sam tosió por lo bajo, para que ambas se dieran por aludidas y se callaran. Suspiraron a la vez y prestaron atención a la película. A mitad de película, la profesora de biología puso ambas manos en los hombros de Miriam, comenzando a susurrarle en el oído.
"¿Me ayudas luego a llevar las cajas al departamento?" Miriam asintió con la cabeza y a los pocos segundos sonó el timbre. Todos salieron corriendo, quedando Laura, Sam y Miriam.
"¿Cómo puedes ser tan lenta guardando las cosas? Me desesperas." Miriam sonrió levemente y se puso la mochila.
"Nos vemos mañana, voy a ayudarla con las cajas." Laura fulminó con la mirada a Sam.
"Luego me hablas por el móvil." Se despidió de ella abrazándola y se fue de allí. Soltó un suspiro y se giró, viendo que la profesora la estaba esperando en la mesa.
"Os tenéis mucho cariño, por lo que veo." Miriam se acercó a ella y cogió varias cajas, caminando ambas al departamento.
"Somos amigas desde que éramos muy pequeñas, es normal que nos tengamos cariño."
"Es muy protectora, por lo que veo."
"Un poco." Entraron al departamento y dejaron las cajas de nuevo en la mesa. Sam cerró la puerta y puso una mano en el hombro de la contraria.
"Tengo que poner lo de las cajas en las estanterías, ¿puedo aprovecharme un poco más de ti?"
"Pero solo un poco más eh." Ambas sonrieron y comenzaron a guardar las cosas poco a poco. Miriam cogió una foto de la profesora, viendo que estaba bastante feliz. Sam la vio y pasó los brazos por sus caderas, comenzando a abrazarla.
"Esa foto me la saqué en el primer día de trabajo, me trae buenos recuerdos."
"¿Y por qué no te haces otra foto ahora? También es tu primer día hoy."
"Solo si te la haces conmigo." La sustituta sonrió levemente y sacó el móvil, cogiendo después la mano de la otra y arrastrándola al pequeño sillón que había. Se sentó y obligó a que la alumna se sentara encima de ella. Después puso una mano en su cadera y ambas sonrieron a la cámara, sacando así la foto. "Ojalá todos los días fueran así." Miriam ladeó la cabeza.
"¿A qué te refieres con eso?"
"El primer día suele ser una toma de contacto, y si encima conozco a alguien agradable..." Besó la espalda de la alumna y comenzó a acariciar su rodilla, esperando ver la reacción de la otra. Miriam no pudo evitar sonrojarse e hizo el intento de levantarse, pero la profesora la cogió de las caderas e hizo fuerza, para que no pudiera irse. "¿Ya quieres irte?" Abrió las piernas para que se sentará y comenzó a acariciar su mejilla, mientras que besaba su frente.
"T-tengo cosas que hacer."
"¿Cómo cuáles?" Miriam se quedó en silencio y la bióloga la atrajo más a ella. "Lo que yo pensaba, nada. Tan solo relájate." Comenzó a besarle el cuello, a la par de que una de sus manos se iba colando dentro de la falda de la otra. Miriam se mordió el labio con fuerza y apartó la mano de la otra, levantándose después. Se puso la ropa de forma correcta, cogió su mochila y se fue de allí, completamente colorada. Llegó a casa y se tumbó en el sofá, soltando luego un pesado suspiro. Cuando se tranquilizó, miró su móvil, encontrándose un montón de mensajes de Laura, preguntando dónde estaba. Contestó que estaba en casa y cerró los ojos, quedándose al poco dormida.
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Enamorada de mi profesora
RomanceTodo sucedió cuando se acabaron las vacaciones de Navidad, todos los alumnos y todas las alumnas deben de volver a la rutina. En uno de los institutos de Boston, donde se encuentra la protagonista, llamada Miriam, la profesora de biología humana tuv...