"Querida princesa pelirroja, me haces sentir tantas cosas al mismo tiempo que no podría definirlas en una sola nota. Eres muy especial para mi xx"
«Madison, eres una cursi» me regañé después de depositar el pequeño trozo de papel en la taquilla de Hailey.
Cada día que pasaba me sentía más unida a la pelirroja. Nos veíamos a menudo, charlábamos, me contaba cosas de su vida que aunque fueran simples curiosidades me hacían descubrir cada día un poquito más de su mundo. Y sin darme cuenta, estaba dejando al mismo tiempo que ella me descubriera a mí.
Le había hablado sobre mis padres, sobre lo poco que recordaba de ellos. Le había dicho que me gustaba dormir con calcetines, que odiaba la mermelada de melocotón y que los sábados por la tarde veía películas de Disney. Para esos momentos probablemente sabía tanto de mí como mi mejor amiga... Excepto un pequeño detalle, que sólo Alba y mi abuela conocían. Y no es que no quisiera contárselo, pero no podría soportar un rechazo de su parte. No me importaba que la gente me juzgara, podían insultarme si querían porque eso jamás me afectaría. Pero si Hailey lo hiciera, mi mundo se derrumbaría.
Ella representaba para mi la perfección. Nunca era capaz de encontrar en ella el más mínimo defecto. Era una chica fuerte, inteligente, preciosa, segura de sí misma... Poseía todos los atributos que yo siempre había deseado y comparada con ella yo no era más que un ser inútil que no contribuiría al progreso de la humanidad. Pero sorprendentemente, estando a su lado me sentía más segura que nunca. Hailey me hacía sentir que valía, que no era menos que nadie.
Sonreí ante mis propios pensamientos, las cosas comenzaban a salir bien por una vez en mi vida y no podía sentirme más feliz.
-¡Maddie! -la voz de Alba me asustó sacándome de mis pensamientos-. Llevas cinco minutos mirando a la nada, ¿en qué piensas? O mejor dicho, ¿en quién?
-Creo que te harás una idea -respondí feliz.
-Oh Dios mío, tienes muchas cosas que contarme. Últimamente estás tanto con Hailey que apenas hablamos. ¿Me acompañas al baño a retocarme el maquillaje mientras me lo cuentas?
Yo accedí siguiendo a mi amiga hacia los aseos. Tenía tal burbuja de felicidad a mi alrededor que no me importaba nada.
-¿Y bien? -preguntó Alba sacando el pequeño bote de rimmel de su mochila.
-¿Qué quieres que te cuente?
-Empecemos por lo primero, ¿qué hay entre tú y Hailey?
Sentí calor en mis mejillas tras aquella pregunta. Por alguna razón me daba vergüenza hablar de ello, aunque no hubiera nada entre nosotras.
-No es lo que crees -contesté tímida-. Sólo somos buenas amigas... Aunque me lo paso genial estando con ella, no te imaginas lo increíble que Hailey que puede llegar a ser.
-Quizás el hecho de que estés coladita por ella influya un poco, ¿no? -Alba rió.
-Hey, no te rías. Sabes lo mucho que ella me gusta... Pero en serio, no cambiaría la relación que tengo ahora con Hailey por nada.
Después de esas palabras oímos el timbre del instituto, indicándonos que ya debíamos volver a clase. Yo suspiré resignada, cuando uno de los cubículos se abrió. ¿Y dónde quedaba la suerte que parecía tener en los últimos días? En la basura, porque obviamente fue mi pelirroja quién salió de él.
-¿Hailey? -pregunté esperando que aquello fuera sólo una alucinación.
-Hey, Maddie -ella puso una especie de sonrisa, tratando de actuar como si no hubiera oído nada, pero pude ver en su mirada que sí lo había hecho.
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Querida Princesa Pelirroja (Lesbian)
RomanceHailey es pelirroja. Madison tiene el pelo marrón. Hailey discute con sus hermanos. Madison es huérfana. Hailey saca las mejores notas. Madison aprueba por los pelos. Hailey es una niña rica. Madison ha aprendido que las cosas se consiguen con esfue...