Tras media hora caminando, me encontré frente a la gran verja de metal y pude observar la mansión que se encontraba al otro lado. A pesar de la cantidad de veces que había ido a aquel lugar, seguía maravillándome de lo precioso y enorme que era todo. La casa era simplemente gigantesca y el jardín estaba tan perfectamente cuidado y decorado...
Mientras mi vista curiosa revisaba el jardín, me di cuenta de que había una mujer caminando distraídamente a través de él. Ella llevaba un vestido verde que le cubría hasta las rodillas y tenía el pelo largo y anaranjado. En seguida deduje que debía ser la madre de Hailey. Aquel color de pelo era inconfundible. Pero antes de que pudiera llamar su atención, ella reparó en mi presencia asombrada. La mujer se quedó mirándome durante unos eternos segundos en los que yo no supe que debía hacer exactamente. ¿Saludar con la mano?
—¿Puedo ayudarla en algo? —se adelantó ella caminando hasta la verja.
—Soy amiga de Hailey —respondí con timidez—. ¿Está en casa?
La mujer me escaneó con sus ojos de arriba a abajo al oír eso. Yo me sentí intimidada. ¿Ella también me iba a decir que no era de su misma clase social? Afortunádamente, solo sonrió y le indicó a un hombre trajeado que me abriera la puerta.
—Pasa, Hailey está con Thomas en la sala —me indicó—. Henry te acompañará hasta allí.
—G-gracias —titubeé nerviosa.
Supuse que Henry sería aquel mayordomo que había abierto la verja y le seguí hasta el interior de la casa. Me preguntaba quién sería aquel tal Thomas con el que estaba Hailey. Seguramente sería uno de sus hermanos a los que yo aún no conocía. Mis nervios aumentaban según cruzaba los pasillos, imaginando cuál sería la reacción de la pelirroja al verme allí. Solo esperaba que no se molestase por ello.
Cuando llegamos a la sala, Henry se paró junto a la puerta abierta y me indicó con la mano que entrara. Yo así lo hice, sin imaginarme lo que me encontraría.
Hailey estaba allí, sentada sobre el sofá. Se había cambiado de ropa y ahora llevaba una minifalda negra y un croptop ajustado que le sentaban de maravilla, pero desafortunadamente ella no era la única en el lugar. También había un chico que debía ser Thomas, al que su madre había mencionado, con una mano sobre su pierna y la otra sobre su cuello mientras besaba a la pelirroja. Yo sentí como una daga se clavaba en mi estómago al ver aquello. ¿Hayley tenía novio? ¿Por qué nunca me lo había mencionado?
Por un momento me planteé si debía irme de allí como si nada hubiera pasado. Ellos no me habían visto, así que no lo sabrían. Pero luego reparé en la vergüenza que pasaría frente a su madre si me iba sin más. ¿Qué opción era peor?
—Ejem... ¿Hailey? —me atreví a preguntar, haciendo que notaran mi presencia.
La pelirroja se sobresaltó al oírme y se separó del chico de golpe, creando un chasquido sonoro al separar sus labios. Su mirada se posó en mi, con una expresión que parecía una mezcla entre sorpresa y terror.
—¿Maddie? ¿Qué haces aquí?
Sentí como me temblaban las piernas.
—Perdón por venir así. Es que te he llamado varias veces al teléfono y no lo cogías. Estaba preocupada. —contesté sincera.
Sentí la mirada penentrante del chico escanearme mientras hablaba. La verdad es que era bastante guapo. Tenía el pelo moreno y peinado hacia arriba en un tupé. Sus ojos eran verdes y muy llamativos, y tenía los pómulos marcados al igual que la línea de su barbilla. Su estatura parecía bastante mayor que la de Hailey, incluso estando sentados. Yo aparté la mirada en seguida, mientras me repetía a mí misma que no debía comenzar a compararme con él.
ESTÁS LEYENDO
Querida Princesa Pelirroja (Lesbian)
Storie d'amoreHailey es pelirroja. Madison tiene el pelo marrón. Hailey discute con sus hermanos. Madison es huérfana. Hailey saca las mejores notas. Madison aprueba por los pelos. Hailey es una niña rica. Madison ha aprendido que las cosas se consiguen con esfue...