Capitulo 3

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Ropa que lleva Nerea.
Me desperté con el ruido del despertador, hoy me iría a vivir con el idiota que se cree mi dueño. Me doy una ducha y me visto para bajar a desayunar antes de que venga.
No sé cómo lo hizo para que mis padres me dejaran ir con él.
-Buenos días-me dijeron mis padres.
-Serán buenos para vosotros- conteste.
-Cariño no te enfades con nosotros, sólo queremos lo mejor para ti- dijo mi madre.
-Mama pero ahí no seré feliz, me quitara la libertad-dije con los ojos cristalizados.
-Cielo seguirás dando clases pero en la casa con tu mejor amiga -me dijo mi padre.
Después de esa charla me dispuse a desayunar. Cuando acabe tocaron el timbre, me fui a por mis cosas y baje.
-Hola señorita, el jefe me mando a por usted y su amiga- me dijo el que suponía que era el chofer.
Le di mis maletas, me despedí de mis padres y me monté en el coche. Ahí estaba Laura, quien estaba igual q yo.
Cuando llegamos a la mansión una sirvienta nos llevó a las que serían nuestras habitaciones. A cada una nos tocó en un pasillo diferente, lo que me resultó raro.
La habitación que me asignaron era muy espaciosa, tenía una cama de matrimonio, dos puertas en las que había un baño y un vestidor. No me di cuenta que había entrado alguien hasta que me llamó.
-Veo que estás observando la habitación- me dijo Cristian (El peligro).
-Eh si, es muy linda-dije.
-Esta era mi habitación, ahora nuestra- dijo, a lo que yo me sorprendí .
-Antes de que digas nada, no repliques si no quieres q te vaya mal- se apresuró a decir.
Salió de la habitación dejándome aturdida. Estuve toda la mañana en la habitación hasta que entro una sirvienta a avisarme que bajara a comer.
Cuando entre al comedor estaban sentados Cristian, mi amiga y otro más, que no sé quién es. Me senté en el único lugar que quedaba libre, al lado de Cristian y de mi amiga.
Entraron las sirvientas poniendo la comida. Cuando acabe de comer me iba a levantar con mi amiga pero alguien nos lo impidió.
-Adonde creéis que vais- dijo Cristian con una mirada furiosa.
Cuando acabaron de comer los otros dos Cristian y Rubén quién es el que comió con nosotros, nos fuimos cada una a sus habitaciones.
Pasó la tarde y ya habíamos acabado de cenar. Estaba en la cama cuando de repente siento unas manos en la cintura. Cristian me estaba abrazando, y sin yo poder decir nada me quede dormida .

Enamorada del peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora