Hoy no seria un buen día, la razón, me levante mas tarde de lo normal, había un gran trafico y ademas tenia que pasar una semana bajo la tierra para hallar un tesoro perdido.
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- Mi amor ya tenemos que bajar - me dijo Jacob para después darme un besó.
- Pero ese lugar me da miedo - le hice un puchero.
- Si pero tenemos qué bajar para buscar el tesoro del templo - me cargó sin mi permiso, empecé a patalear y gritar. Bien tener que bajar a un templo subterráneo no era el problema aquí sino que tenia un mal presentimiento.
- No quiero ir hay - me queje mientras lo golpeaba en la espalda pero a el ni le dolía.
- Si tienes que ir, te recuerdo que tú eres la mejor cuando se trata de mapas y laberintos qué he visto en mi vida - me llevo hasta el elevador en dónde ya parte del equipo se encontraba.
- Eres un maldito - le dije cuando me bajó.
- Si yo también te amó - me abrazó por la espalda.
- Ya llegamos - nos dijo Javier que estaba al lado de nosotros.
- Qué horror - susurre, esperamos a todo el equipo qué consistía en 10 personas, Jacob tenia qué dividirnos en dos grupos.
- Alice vendrás conmigo al igual qué Oscar,Emmy y Javier los demás se van con Dylan - dijo Jacob.
- Tienes suerte Alice - me dijo Catherine.
- Tu igual Catherine vas con Dylan - le subí y bajé mis cejas.
- Chicos nos vamos - dijo Dylan a su equipo, Catherine se despidió con la mano y fue detrás Dylan qué fueron a la izquierda perdiéndose en un túnel.
- Hola Alice - me saludó Oscar que cuál era el que llevaba una mochila enorme con nuestras cosas.
- Hola Oscar - le saludé y le di un besó en la mejilla.
Empezamos a caminar por el rocoso suelo hasta llegar a un río.
- ¿Qué haremos ahora? - pregunté al ver el gran rió.
- Nadar - dijo Javier para lanzarse al rió y nadar hasta la orilla y para colmó Jacob le siguió y también salto,Oscar también lo hizo y le siguió Emmy solo faltaba yo.
- ¡Qué esperas! - me dijo/grito Emmy desde el otro lado.
- ¡No puedo hacer esto no se nadar y mi chaqueta se lava en seco! - le dije/grité de vuelta.
Narrador
El veía a los humanos desde su escondite de cacería.
- Señor a quien casará primero? - le dijo su fiel súbdito.
- A todos menos la rubia que no sabe nadar - se rió de la inocencia y dulzura que emanaba la joven.
- ¿Está seguro señor? - le pregunto el súbdito.
- ¿Me cuestionas? - en un rápido movimiento le dio una puñalada al súbdito asiendo lo caer al piso - ella será mía - en su rostro apareció una sonrisa diabólica.
