Síntomas del parásito de las endorfinas disparadas contra tu voluntad, meramente luciérnagas de noche acabando con el movimiento perplejo de tu nocividadComo dedicado, como artesanal como hecho por Dios y escupido por un Bar de lobos
Porque entre Flores de loto y muchas nebulosas a paso fuerte y mirada láser, con un aplauso elegante parto el infinito
Dándole permiso a la distorsión artificial dejando libre la actitud psicodélica
Perdiendo todo bajo los rayos carmín libres como el humo de un incendio con esa loca idea tan ilogica como una cabra en un hotel
Pues te convertirás en el que abre un alma en aquel éter fluorescente. Envolviendo el Cosmos en bolsas de regalos, esperando el ayer en uno de nuestros futuros
Quebrando la realidad en esa amplia oscuridad al medir nuestros brazos al medir nuestras almas
En ese momento exacto en que se suspende el tiempo. En ese instante en que muere nuestra humanidad, en esa epifanía en la que somos Edom, como el rojo, como color, como memoria, como movimiento, como furia, como la sangre, como el rápido paso de la muerte
