Libros, libros y libros... el eterno silencio de los libros!
Este lugar esta infectado por la presencia de todos, menos la mía. Un lugar donde la falla existencial de todos los pensadores esta puesta de relieve en la etiqueta de una botella de whisky. Un lugar para poetas, un bar para viles perdedores.
Tal vez, en colectivo volviéndonos personas invisibles por continuar escribiendo novelas en pequeñas hojas que caminan por el viento, sin olvidar que la muerte es la misma aclamación del arte.
En una humanidad perdiendo cada vez su humanidad, primero pienso, luego existo, luego escribo.
