Capítulo 12

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Narra Armand

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Narra Armand

Lynd desliza una mano bajo la carpeta que le entregué, y pausa la vista sobre ella, como si buscara algún artefacto explosivo dentro de esta. Abre la boca y se muerde el labio, de forma casual. Sin ninguna intención seductora, aunque sin saberlo logró en mí el efecto contrario.

Quiero morder ese labio grueso más que nunca. Lynd abre el folder con sumo cuidado y empieza a pasar de hoja en hoja. Yo tengo el corazón en un puño, punzando cada vez más acelerado.

Ahora sé que sienten los reos antes de que les dicten sentencia. Todo en nuestro destino empieza a depender de este momento. De cómo ella tome la información que le acabo de brindar. Pero lo más importante es que la crea, que se dé cuenta que el hombre perfecto con el que cree estar casada nunca existió realmente.

—No era necesario que me mostraras una foto tuya después de cogerte a Caroline. —dice reseca, perpleja y con el ceño apretado como una bola de papel.

—¡¿Qué?! —acoto al instante. De qué carajos está hablando. —¿Qué foto con Caroline? —agrego, sé que debo sonar como un tonto, pero es que así me siento. Cayendo en una nueva tontería, de la que para variar, quedaré ante ella como el villano con capa de ébano.

Ella selecciona una foto y me la enseña. En efecto, es de Caroline y mía. Yo estoy dormido, la morena a mi lado. Ambos desnudos.

La garganta se me endurece y el estómago me arde.

Estoy muy jodido.

No entiendo qué sucedió.

Cómo carajos llegó esa foto ahí y quién la tomó, son las preguntas que me azotan.

¿Alguien más sabe de nosotros?

¿Fue la propia Caroline quien logró ponerla allí? No, no y no. Revisé esa carpeta antes de venir hacia acá. Estaba completa y organizada. No había ninguna foto. Nadie la tocó antes que se la entregara.

Examino las posibilidades de que haya sido alterada mientras ella la dejó caer, son limitadas en un tiempo tan corto.

La carpeta quedó afuera, tendida en el pasillo. La persona que puso la fotografía extra dentro del folder, fue rápida y eficaz. Le bastaron menos de cinco minutos para armar todo.

Si hubiera aquietado mi calentura, al menos por unos segundos, y por ende antepuesto revelarle la verdad sobre Richard a todo lo demás, las cosas no estarían así. Pero pasó al revés y en lugar de perder tiempo lamentándolo, debo hallar una forma de solucionarlo.

Resoplo sosteniendo su mirada. Su belleza me atrapa, asomándose más lejana que nunca. Veo la represión en sus ojos celestiales, me está juzgando y el veredicto es todo menos favorable para mí.

—En serio no necesitaba ver esto—confiesa, sus ojos penetrantes presumiendo una emoción que sí logro descifrar: Decepción. Lo volví a arruinar con ella. Dos veces en menos de un mes, deberían darme el premio al idiota de la quincena.

Perverso - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora