Capítulo 18

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Narra Lynd

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Narra Lynd

Multimedia: -+  de Aitana ft Cali y el Dandee 

—¡Adriano ya está en la puerta! —comunica Akane, después de entregarme unos zapatos de suela baja, para que me los coloque. Tengo la piel de la planta de los pies toda cuarteada e irritada, y si bien no me duele en lo absoluto, no sé qué ocurra cuando me toque caminar por buen rato. Miro el calzado con desconfianza.

Akane parece captar mi incomodidad, y abre la boca para decir algo.

—No son zapatos nuevos, disculpa. Es que si te entregaba unos recién comprados tal vez se te dificultaría. A mí siempre me producen cortaduras los zapatos nuevos.

—A mí igual, tienden a hacerme ampollas y en mi condición no sé qué tan buena idea sea eso. —declaro, levantando uno de los pies.

—Qué bueno que decidí traerte estos. —considera, señalando los calzados en sus manos. Cada uno de ellos tiene una especie de perla amarilla en el centro.

Me coloco los zapatitos blancos, sorprendentemente son de mi talla, tienen almohadillas y se sienten cómodos. No me aprietan en lo absoluto.

—¿Lista? —interroga, sus ojos negros barren la habitación.

—Sí. —respondo.

Ella vuelve a mirar hacia la habitación, parece estar buscando algo.

—¿Todo bien contigo?

—Es maña mía revisar varias veces un lugar antes de salir. Mi madre dice que aunque no tengamos nada que buscar; debemos verificar que todo ande bien antes de abandonar un sitio, así evitamos que se nos olvide una cartera, un regalo o cualquier elemento importante.

—Creo que pondré el consejo de tu madre en práctica.

Akane sonríe mostrándose serena. Yo en cambio siento ese martilleo incesante en mi corazón, que me indica que todo está marchando demasiado bien para ser cierto. Ella cuelga un pequeño maletín beige con tirantes dorados, de su espalda.

—Bueno, es hora de irnos. —notifica Akane. Yo siento el corazón ascender por mi pecho, hasta quedarse atascado en la nuca.

—¿Por qué estás tan calmada?.

Ella suelta un suspiro paciente.

—Los golpes me han enseñado a ser pesimista, a creer que las cosas nunca saldrán bien para mí, quiero que esta vez sea distinto; quiero ser yo quien le lance un derechazo a mi mala suerte; mandándola a la lona. —Sus ojos parecen haber adquirido un nuevo matiz de oscuridad al decirlo, como si estuviese dispuesta a dar el golpe final en una batalla

No sé qué responder respecto a eso. Akane debe haber presenciado demasiadas cosas espantosas para no tener miedo al tratar de escapar del jefe de la mafia italiana.

Perverso - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora