Capítulo 17

16K 1.7K 787
                                    

Multimedia: Shallow- Charlotte Awbery( cover)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Multimedia: Shallow- Charlotte Awbery( cover)

Narra Lynd

—¡Despierta, bella donna! —murmuran muy cerca de mi rostro. Reconozco esa voz, reconozco ese matiz descolocado y desordenado. Reconozco ese estruendo rocoso que me trae de golpe a la realidad.

No necesito preguntarme qué pasó, porque es demasiado evidente: Estoy secuestrada y sé quien es el responsable.

—Dante...—es todo lo que logro decir cuando abro los ojos y los elevo hacia el techo. Un gran candelabro con cristales anulares es todo lo que mi vista capta. Es amplio, como mis ganas de entender qué está pasando. Luego pienso en Stacy y las amenazas de las monjas reaparecen frente a mí, poniendo la piel que cubre mi nariz de puntillas —¿Mi hermana está bien?

—Tengo entendido que sí. Pero no cantes victoria, si cooperas conmigo ella seguirá como hasta ahora.

Maldito miserable.

Me siento de golpe, e intento ponerme en pie, algo frío tintinea y limita mi movimiento. Me examino a mí misma, y me doy cuenta de que tengo cadenas atadas a mis manos, mi cuello y al parecer mis piernas. No veo rasguños o moretones en mi cuerpo, aunque mi piel luce algo enrojecida.

También me percato de que estoy desnuda, muy expuesta, y a la merced del maldito psicópata me mira con ojos complacidos. Tengo los senos al viento, y una sábana gris cubre la parte baja de mi cuerpo. Acomodo las manos, y empiezo a halar la manta con torpeza, para arropar todas las partes privadas de mí que no deberían estar expuestas.

Dante me observa taciturno mientras me termino de envolver con la tela, en su expresión veo algo que me provoca asco: Deseo y posesividad.

La rabia, la histeria y la paranoia gotean desde mi cerebro, inundando mi rostro, mis brazos, mi espalda, esternón y todo mi sistema de vida.

Lo único en lo que puedo pensar es que saldré de aquí, así tenga que ahogar a Dante con su propia sangre. Algo cambió dentro de mí, desde que intentaron matarme. Entendí que es mejor ser victimario a terminar herido y derrotado.

—¿Qué te parece tu habitación, regina? Tenía este lugar preparado para alguien como tú.

Si él no lo hubiera mencionado, no me habría importado cómo lucía el puto lugar en el que me tiene recluida.

Me niego a hacerle caso y me dedico a analizar mis brazos, como si fueran algo novedoso, dándole a entender que cualquier cosa me resulta más interesantes que él.

—Tengo algunas imágenes que pueden interesarte, échales un vistazo, Rachel o debería decir Lynd—acota con un tono gélido, que no pretendo demostrar que me asusta. Que sepa mi verdadero nombre no me sorprende, las monjas locas lo mencionaron en la iglesia, y él seguramente tuvo acceso a esa información.

Perverso - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora