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Luz,
caminas marchita en los pliegues de mi voz,
Arañas tímida mi garganta reseca
de gritar a las flores que crezcan en mi pecho.
Luz,
entierras mi ataúd benigno
cubierto de las sombras de aquellos pechos
que acaricié ayer mirando a los ojos del gerundio.
Luz,
eleva las persianas de trigo de aquel desnudo
retratado a pincel en los poros de mis ojos
escrutando los versos de la tierra seca
impregnada de los copos de aroma
vívido de tomillo salvaje.

Los Perros De OctubreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora