XI

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Entorna los labios
como queriendo soplar algunas palabras.
Mira directamente a los ojos
y deja ver el colibrí nevado de felicidad
que le hace cosquillas
en la garganta cuando besa.
Entrelaza sus dedos con la suavidad de la noche
y canta
con las hebras de su pelo
aquellos poemas que le encogían
el corazón de belleza.
Sonríe con el vuelo de su falda
en las primeras lloviznas de Octubre,
y sopla las hojas del suelo
en baile de versos
escritos bajo las caricias nocturnas.

Los Perros De OctubreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora