Capítulo 3.

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Giro lentamente para que Haley pueda observar a detalle la ropa que he elegido para mi entrevista de trabajo.

—Y bien, ¿qué opinas?, ¿es demasiado formal o crees que no es formal?

—Creo que está bien. Por Dios Amy, es una editorial local. No es como si fueras a entrevistarte con el director de New York Times. Todo saldrá bien. Confío en que le patearás el trasero a todas las demás perras que intenten postularse —dice Haley tratando de tranquilizarme.

—Tienes razón, ese puesto será mío —contesto con una sonrisa—. Pero, ¿y si no soy lo suficientemente buena para el puesto?, ¿qué tal si no les agradan las castañas? Podría teñir mi cabello pero no quiero. —De pronto toda mi confianza se viene abajo—. No creo estar preparada.

—Nena, eres excelente. He leído tus notas periodísticas muchas veces, y si no te contratan pues ellos se lo pierden. —Sus palabras suenan bien y me aferro a ellas—. Mejor cuéntame cómo te fue ayer con cierta persona. —Su expresión cambiando a una pícara.

Niego con la cabeza mientras suelto una carcajada. Ella creía que habíamos llegado a tercera base.

—Para tu información, nada 'indebido' ocurrió —respondo haciendo comillas al aire—. Sólo fuimos a comer comida china y ya.

— ¿Estás segura que eso es todo? Porque el día de ayer parecías muy contenta, y la sonrisa que tenías no era una causada sólo por la comida china —cuestiona.

—Sólo, promete no enloquecer.

—No lo prometo —canturrea.

—El día de ayer al salir me pidió disculpas y las acepté pero como él dijo que no las podía aceptar de esa manera, me cargó como un costal y me llevó a su auto. Después fuimos a comer comida china, como ya sabías, hablamos sobre lo de antier y al parecer estaba celoso de Tyler. Y al final me dijo que quería que empezáramos desde cero y me pidió una cita —hablo todo con tono rápido para que Haley no sea capaz de escuchar nada. O al menos lo último.

Pero como siempre, ella tiene este súper poder de escuchar todo.

— ¿¡Que él qué!? Como tu mejor amiga tenía derecho de saber eso inmediatamente después de que llegaras. O en el mismo momento en que ocurrió. Pudiste haber ido al baño y enviarme un mensaje —señala como si fuera algo obvio—. Estoy tan decepcionada de ti Amy —dice Haley con un tono dramático mientras señala su corazón —. Y este dolor de aquí, sólo será curado contándome de manera detallada todo lo que sucedió ayer.

—Está bien reina del drama. —Me dirijo al sillón y no espero a que me siga, porque sé que viene justo detrás de mí.

Narro todo lo que pasó y veo como la cara de Haley pasa de sorpresa, a enojo y luego a felicidad. Al final me da un abrazo y me felicita por al fin haber pescado al pez. También me hace prometerle que el día de la cita (que sería en dos días más) iba a dejar que ella se encargara de escoger lo que usaría y cómo que maquillaría. Acepto por la gigantesca sonrisa que tenía en su cara y porque sabía que ella tiene buen gusto.

Como es de noche, voy a tomar una ducha y a ponerme mi pijama. Cenaría un pedazo de pizza que hay en la nevera y vería una película.

Cuando ya estoy cómoda en el sillón y con la película empezando, me veo interrumpida por unos golpes a la puerta. Reviso la hora en mi teléfono y veo que son las 10:41 p.m. lo cual me hace preguntarme quién será a esta hora. Al abrir no hay nadie esperando, reviso el pasillo en búsqueda de alguna señal de vida. Pero lo único que encuentro es una caja en el suelo, justo en frente de nuestra puerta. La recojo y entro.

En la parte de arriba tiene una tarjeta en blanco, que al voltear la dice 28/05/2008. No sé el significado de la tarjeta así que la dejo a un lado. Tengo curiosidad sobre ese misterioso paquete y quién lo ha dejado ahí. Pero llamo a Haley, con la probabilidad de que la caja sea suya.

— ¿Qué sucede?

— ¿Esperabas algún paquete? Porque alguien dejó esto en la puerta, y estoy muy segura que no es mío.

—Tampoco es mío, así que ábrelo —dice emocionada—. Esto es genial, es como un regalo de alguien desconocido. Podría ser dinero, o ropa, o algún objeto raro y valioso. —Sus manos viajan a la caja y la sacude.

—O podría ser una bomba.

—No seas tan negativa Amy. Dámelo yo lo abriré.

Haley se deshace de la cinta que lo protege y finalmente abre el paquete. Sólo para encontrar una caja más pequeña.

—Comienzo a creer que es una broma —dice Haley tras soltar un bufido.

Aún con las esperanzas un poco dañadas, Haley destroza la segunda caja como niña pequeña en navidad y encuentra una nota.

—Pyper, Daisy y Queen. —Lee en voz alta—. ¿Sabes qué significa?

—No tengo ni la menor idea, ¿es todo lo que dice? —pregunto.

—Eso creo... oh espera, hay una posdata. Dice la clave de la supervivencia es no confiar en nadie.

— ¿Qué demonios significa eso?

—Estoy tan confundida como tú Amy.

—Como sea, no perderé mi tiempo en esta estúpida broma. Prefiero perderlo en ver a Zac Efron sin camisa, por ejemplo. Así que seguiré viendo la película. ¿Te unes?

—No podría estar más de acuerdo contigo.

Al finalizar la película, cada una se va a su habitación a dormir. Aunque desgraciadamente yo no puedo obtener el sueño. Me encuentro demasiado nerviosa a causa de la entrevista de trabajo que tendré mañana. Incluso aunque es un periódico local y sería una pasante. Porque el que me aceptaran significaría para mí que al terminar la Universidad ya tendría un puesto asegurado.

Todos mis pensamientos se ven cesados por el tono de llamada que tengo especialmente para Lucky. Espero unos segundos antes de contestar: — ¿Hola?

— ¿Te desperté?

—Para nada, es todo lo contrario. Llevo una hora tratando de dormir pero simplemente no puedo. Es tan frustrante.

—Nos encontramos en la misma situación.

— ¿Por qué no puedes dormir? —pregunté.

—Mañana tengo un examen con el maestro más difícil en la materia más difícil. Estudié todo el día y aun así no me siento preparado. ¿Y tú?

—Entrevista de trabajo —suspiré—. Vamos Lu, estoy segura que te irá muy bien. Solamente confía en ti mismo. Eso es lo que siempre dice Haley.

—Ojalá pudiera tenerte conmigo durante el examen, eres mi amuleto de la buena suerte.

— ¿Crees que un mechón de mi cabello también te de suerte? —escucho su suave risa a través del teléfono y eso me relaja.

—Escuchar tu voz me ha hecho bien Amy, me hace sentir mejor siempre. Y a pesar de que no quiero colgar tendré que hacerlo. Ambos necesitamos dormir, mañana será un gran día ¿no?

—Tienes razón, descansa Lu. Suerte en tu examen de mañana, aunque sé que no la necesitarás.

—Igualmente amor. Que descanses y sueña conmigo, aunque es obvio que lo haces siempre.

Y con eso colgó. Dejándome con unas mejillas sonrojadas y una estúpida sonrisa en mi rostro. Aunque ahora sí conciliaría el sueño gracias al poder tranquilizador de su voz.

Me vuelvo a poner cómoda y abrazo mi almohada imaginando que es a Lucky a quien en realidad abrazo. Y en menos de lo que mis nervios de mañana llegan, mis párpados se cierran.



|| Gasoline || Lucky Blue SmithDonde viven las historias. Descúbrelo ahora