He pasado toda la tarde pensando en las palabras de Haley. Lucky con la misteriosa mujer. Y además, el hecho de que él jamás había mencionado a su familia o cosas que tuvieran que ver con su pasado, o incluso su presente. Eso mantuvo mi cabeza ocupada las horas restantes del trabajo. Cuando me di cuenta de que eran las 6:58 p.m. aún me quedaba una carpeta por archivar. Todos en la oficina se habían ido a excepción mía y de Josh. Tomo la carpeta y me dirijo hasta el cuarto de registros para almacenarla. Busco la letra K y dejo ahí los documentos. Cuando me giro y avanzo hasta la puerta me detengo, Josh está en la puerta recostada sobre ella.
—Creí que ya no había nadie —dice con una sonrisa de lado.
—Estaba por irme, sólo necesitaba dejar una carpeta —respondo. Le regalo una pequeña sonrisa y sigo mi camino hasta mi escritorio.
Soy capaz de sentir sus pasos tras de mí pero no freno hasta que llego hasta mis cosas y comienzo a guardarlas.
—¿Tienes planes saliendo de aquí? —pregunta.
Detengo lo que estoy haciendo y doy media vuelta para verlo. Está rascando su nuca y mueve su peso de un lado a otro.
—Saldré con mi novio —digo y reanudo lo que estaba haciendo.
—Oh, no sabía que tenías novio.
—Sí, bueno, no hemos hablado de cosas personales.
Cierro mi maletín y lo cuelgo en mi hombro junto a mi bolsa.
—Tal vez... algún día podríamos salir por unos tragos, claro, como amigos.
—Tal vez sí —contesto—. Nos vemos mañana.
Ondeo mi mano hacia él como gesto de despedida y él hace lo mismo. Espero en la salida de recepción a que Lucky pase a recogerme. Mientras me encuentro ahí de pie, sola, me digo a mí misma que debo de calmarme y que todo estará bien. Reviso mi celular y son las 7:25. Le llamo para asegurar si vendrá por mí pero me envía directo a buzón. Josh pasa con su coche frente a mí y baja la ventanilla del lado del copiloto.
—Creí que tu novio vendría por ti.
—Ya somos dos —lanzo un suspiro y reviso mi celular. 0 llamadas, 0 mensajes.
—No creo que sea buena idea que te quedes esperando aquí sola. Vamos, te llevo a casa —me ofrece. La generosidad en su voz me hace aceptar. Además de que, aunque este es un barrio de una buena zona, no quería arriesgarme a algún incidente.
Él abre la puerta desde adentro y yo subo. Me coloco el cinturón de seguridad y le agradezco. Durante el camino, y a petición de Josh, jugamos a "el reto de las 20 preguntas". Lo que me hizo descubrir que es un hombre soltero, que nació en California y que se mudó aquí cuando tenía 7 años y lo más importante, que disfrutaba de los buenos libros justo como yo. Esta era una nueva faceta de él que no había visto y me agradaba. Me hacía verlo más como una persona y no como el típico jefe que no habla con nadie.
—Da vuelta a la izquierda aquí —indico— en ese edificio azul.
Él aparca en frente de la entrada y yo me quito el cinturón de seguridad. Noto como afuera está lloviendo a cántaros.
—Muchas gracias por traerme, te debo una.
—No hay de qué Amy. Cualquier día que lo necesites —me guiña un ojo y puedo sentir el color rojo en mi cara. Que bueno que es de noche—. Ten.
Se quita su saco y me lo pasa. Levanto una ceja en su dirección.
—Mi madre me mataría si se entera que he dejado ir a una mujer con este clima y sin protección alguna. Cúbrete.
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|| Gasoline || Lucky Blue Smith
Teen FictionÉl era gasolina y yo el fuego. Separados no éramos nada. Pero juntos podíamos quemar el mundo entero.