—Cuidado al bajar —le advertí a Sofía a medida que la sujetaba de la cintura.
Mi idea era bajarla con cuidado, pero ella no colaboró, ya que se lanzó sobre mí con torpeza.
Necesité apoyar la rodilla para amortiguarlo y asegurar que ella no se hiciera daño.
Sus grandes ojos azules me observaron buscando disculparse, así que sonrió y pasó a mi lado.
—Hazme un lugar. —Me apartó Colin—. Ayudaré a Matthew a bajar.
—Deja que yo ayude a mi amigo —le dijo Aarón.
—Descuida. Yo puedo bajarlo —le respondió con frialdad.
Aarón se echó hacia atrás con manos en alto, mostrando rendición y Colin se salió con la suya al atrapar al rubio.
Matthew terminó por rozar la nariz con Colin y se echó hacia atrás apenas puso un pié en el pavimento. Pareció haber estado incómodo y Colin lo notó, puesto a que sonrió sabiendo lo que había hecho. ¿Qué estaba tramando Colin con todo esto?
Di media vuelta con una de las linternas en mano, dispuesta a inspeccionar el lugar, pero me quedé paralizada al sentir la respiración de alguien sobre mi cuello.
Giré lentamente y no vi más que el rostro de Katherine, molesta porque le apuntaba con la luz blanca, a tres metros de distancia.
No pudo haber sido ella.
—Debemos encontrar algún generador o una caja de fusibles —anunció Luke—. Estoy seguro de que hay una conexión en algún lado y sería genial que la encontremos antes de que las baterías de nuestras linternas se agoten. Por lo cual, Scarlett, deja de jugar con la linterna y ayúdanos a buscar lo que pedí por favor.
—Estaba en eso —contesté de mala gana—. Yo no tengo tiempo para juegos, Luke.
—¡Ay, la chica mala! —chilló este e imitó una voz femenina.
Le resté importancia y seguí caminando, con una mano apuntando hacia delante y la otra apoyada en la pared.
Sentí unos pasos aproximándose mientras las voces de mis amigos se oían a lo lejos.
Estar sola y en un lugar oscuro era la forma más eficiente para asustarme. La oscuridad no era de mi agrado y menos en un lugar desconocido con solo dos salidas disponibles.
Una mano se apoyó en mi hombro y me sobresaltó, causándome un pequeño grito. Giré bruscamente y tiré la linterna.
—No pretendía asustarte, Scarl —se excusó Ares en medio de la oscuridad. Levantó la linterna del suelo y alumbró una sonrisa reflejada en su rostro.
No encontraba las palabras correctas para decirle que tenía miedo y tampoco quería ponerme a explicarle qué podría haberme llamado en vez de súbitamente agarrarme el hombro... estaba muy cansada como para abrir la boca.
Agarré su mano con fuerza y apenas sentí que le devolvía el apretón comencé a caminar.
—¿Escuchas eso? —me preguntó en un susurro, mientras alumbraba hacia delante en busca de aquel sonido.
—Si es una broma y estás intentando asustarme te pido que pares, por favor. —le dije con honestidad pegándome más a su lado—. No me gusta asustarme, te juro que no lo disfruto.
Me detuve en seco al sentir aquella brisa cálida tras mi cuello. Me volteé, pero no vi nada.
—Ares —pronuncié con mi voz apenas audible—. Regresemos, por favor.
Estaba por darme un ataque de nervios y de no ser por Ares a mi lado ya habría entrado en crisis desde hacía rato. No me resultaba fácil canalizar este tipo de emociones.
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No Soy una Falla ||LIBRO 1||
Science FictionLa pigmentación de tus ojos te hace especial de algún modo. Esas diferencias te determinan un poder único. Suena increíble poder controlar los objetos con tu mente, teletransportarte, o incluso ver los sentimientos de otras personas ¿No? Antes de cr...