3. Apuesta

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Nunca tengo problemas para dormir, en lo absoluto. Soy más bien de las típicas personas que apenas apoyan su cabeza en la almohada, caen rendidas en un sueño profundo. Y cuando es profundo, lo digo en serio.
Me encontraba observando el techo azul de mi habitación desde mi cama, mirando las fotografías, póster y recortes de revistas que pegué hace años. El insomnio que tengo es demasiado molesto, ni siquiera puedo cerrar mis ojos. Le eché la culpa al alcohol que bebi esta noche, pero sabía bien que no era el causante.
Después de que el chico desconocido me anunciara su nombre, Kyle, la noche se volvió demasiada extraña. No referido a él -que ahora tiene nombre- sino a Luke, que se apegó a mi de una forma totalmente rara.
Bailó, charló, bebió toda la noche conmigo y no se separo ni siquiera para ir al baño o hablar con sus amigos. Estaba como un perro faldero a mi lado, cubriéndome y haciendo de escolta mío toda la noche. Fue exasperante, aunque no lo hizo desde una forma amorosa o cariñosa, o por lo menos yo no lo sentí así.
Emily me contradijo, dijo que era demasiado obvio que se estaba interesando por mi y Liam solamente se limitó a no comentar, demasiado raro de él.
Pero a pesar de eso, yo sólo lo trate como una amistad más, no tengo en mi mente comenzar a tener una especie de relación, no quiero nada sobre ese tema.

Y con respecto a Kyle, las veces que nos cruzábamos me guiñaba un ojo o me dedicaba una sonrisa torcida o a veces tan solo se quedaba mirándome. Yo a veces le devolvía la sonrisa sin ganas o simplemente lo ignoraba. Debía admitir que era lindo, su sonrisa y su mirada tienen algo demasiado atractivo, algo que me llamaba la atención.

Seguía sin poder dormir y comenzaba a fastidiarme demasiado. Sabía que el alcohol que injerí no es el causante (no tomé nada más que tres vasos) y no tuve otro factor que no sea el mismo Kyle, y se que suena estúpido, pero en mi cabeza solo rondeaba él.
Me dí un golpe mental, no podía -no debía- pensar en alguien, y menos en él. Ni siquiera lo conocía, y no me tiene que interesar de cualquier manera. Sin embargo hay algo en él que destacó y todavía no descubría el por qué, pero, de igual manera tenía que tener en cuenta que era muy problable que nunca más lo vea de nuevo, tal vez solo estuvo anoche por casualidad, con algún amigo y nunca más vuelva a verlo. Es lo más realista.

Mire mi celular para corroborar la hora, ensanché mis ojos al darme cuenta que eran las 09:00 y todavia no podía ni siquiera estar algo fatigada.

Me levanté y baje a mi cocina por mi dosis mañanera de café, no iba a seguir probando suerte con dormir. Cuando entre en la cocina me extrañó que encontrara en ella a mis padres, ambos estaban con sus iphone escribiendo quién sabe qué, desayunando.
- Buen día. - saludé sin ánimos. No por ser mala, sino por mi falta de sueño.
- Buen dia- respondieron ambos.

No espere que siguieran la conversación, pues los conocía y sabía que eran personas de pocas palabras. Preparé mi desayuno y me senté en la mesa. Mis padres compartían miradas cómplices en el transcurso del desayuno que eran demasiado fastidiantes, por lo cual no soporte más e intervine

- ¿Ocurre algo?

Ambos se rieron y los fulmine con la mirada. Odio cuando están tan misteriosos, porque sé que irán a decirme algo que voy a detestar

- Bueno, yo empiezo- Miro con cierta amabilidad a mi padre- Hellen, necesitamos un gran favor.- me propuso mi mamá.

-¿Qué?- salió un grito ahogado

- Quiero, queremos, que esta noche nos acompañes a una cena.

-¿Qué?- otra vez un grito ahogado, más agudo.

La falta de comprensión es por culpa del insomnio. Creo.
Mis padres se rieron de mí y mi progenitora prosiguió

- Eso, quiero que nos acompañes. No es la gran cosa, en realidad es una cena con algunos socios y amigos viejos. Sería lindo que vayas, que nos acompañes. Tenemos que mostrarles nuestro mayor logro.

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