Reencuentro

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Es de día y lo primero que veo al despertar son las tablas de la cama de arriba ya que duermo en una litera. Me levanto y camino hacia el baño. No hay nadie en casa por lo que me pongo a deshacer la maleta, me pongo el bikini cojo la toalla, el bronceador y mi móvil, y salgo de casa para ir a la playa

Extiendo mi toalla cuidadosamente en la arena evitando que ni un solo grano de arena me moleste mientras que me dedico a absorver los rayos de sol. Mi móvil empieza a vibrar.
-Mañana estoy allí ;)
Mi prima Anna vendría una semana para pasar las vacaciones aquí conmigo.
Me pongo un poco de bronceador y me tumbo para tomar el sol tranquilamente pero la calor es tan fuerte que me voy a bañarme.
El agua está muy fría, pero mejor que pasar calor es. Salgo del mar y ya refrescada recojo mis cosas y vuelvo a casa para almorzar.
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Me meto en la ducha para quitarme la sal de la playa, me maquillo un poco, me seco el pelo y lo cepillo dejándolo suelto.
Pantalón vaquero ajustado y una camiseta ancha ¿Para que más?
Escribo a las chicas del pueblo para quedar y todas me dicen que nos veremos en el banco de afuera de la Muralla. La Muralla, ese único sitio de ocio donde solo hay; bancos, castillos hinchables y puestos hippies, lo tipico del verano ¿no?.
Salgo de casa, y ando sin prisas ya que no está lejos. Llego y ahí están sentadas: Alice, Carol, Lucy y una chica que no conocía para nada. Las chicas del pueblo nunca son agradables con la gente que viene de vacaciones, pero no quedaba otra alternativa o te ibas con esas o te aburrías lo más grande en tu casa sin salir.
Todas me saludan sentadas con un hola seco y la chica desconocida se levanta muy entusiasmada y me da dos besos.
-Hola yo soy Luna, encantada de conocerte. -Dice con una amplia sonrisa.
-Igualmente, yo soy Laia. -Le devuelvo la sonrisa.
-Nos vamos a llevar muy bien.
-Por supuesto. -contesto. Les digo que voy a ir a comprar un refresco y estas me dicen que nos encontremos luego dentro de la muralla.
Me siento feliz de conocer a una chica nueva que esté de vacaciones como yo, es bastante guapa y muy agradable, es alta y su cabello castaño claro está un poco alborotado, sus ojos son entre marrón y verde y tiene unos labios finos. Al contrario que yo, ella es de ciudad y un poco mayor que yo, unos 17 o 18 años.
Cuando estoy comprando el refresco aparece Diana, otra chica del pueblo con la que sí que me llevo bien.
-Laia, ven a dar una vuelta. -Dice la morena mientras me agarra del brazo.
-Está bien, vamos. 
Entramos en la muralla.
-¿Y si buscamos pibes?
-¡VAMOS!
-Aquel moreno alto, ¿no te gusta para ti?
-Uf, paso, ¿Y aquel? Para ti se ve bien- digo a mi amiga sonriente.
¿A que chica no le gusta fichar a los chicos que vienen de vacaciones? Álex es un caso aparte así que no hay de que preocuparse seguro él ya se acostó con otra.
-Tampoco hay gran cosa por ahora. 
Nos quedamos quietas en el centro de la muralla, Diana me habla pero yo intento buscar con la mirada a las chicas pero alguien me llama la atención.
Era un chico de estatura media, así a simple vista, unos 17 años, rubio, de tez muy clara y con una sonrisa de oreja a oreja. Va haciendo un poco el tonto lleva su camiseta blanca con las mangas remangadas hasta los hombros. No se por qué irá así pero parece que le divierte y esto me hace reír un poco. Lo pierdo de vista y empiezo a buscarle con la mirada pero no lo encuentro así qué considero que no lo volveré a ver por lo que me rindo.
Al no divisar a ninguna de las chicas, me doy por vencida y vuelvo a casa.

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