Juego de desconocidos

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Abro los ojos con dificultad, me estiro sin salir de la cama enredada entre las sábanas  y recuerdo todo lo que pasó anoche. Todo es muy extraño y confuso. No puedo estar con Joan, es más ni si quiera le conozco, no debería ni pensar que me gusta, solo quiero conocerle.
**
Estoy observando el mar mientras tomo el sol y unas manos me impiden la visibilidad.
-¿Anna?

-¡Laia! Solo estaré 2 días, no me odies. 

-Bueno, así me entretengo un poco jajaja.

-Oye Laia, vamos a andar un rato por la playa, quiero ver algunos pibes jajaja.

-Está bieeeeen. -Digo mirando al cielo.

Le hablo a Laia sobre Joan y le cuento sobre la situación en la que me encontré el día anterior.

-Creo que no debes de echar cuenta a las chicas del pueblo, ya sabes, si quieres conocerle y hablar con él, hazlo.

-Si ya, pero ya sabes como...

iba a hablar cuando una voz masculina me nombró.

-¡EH LAIA!

-¿Joan? -digo extrañada de que sea él quien me llam.

Está junto a Derek y Sean jugando al fútbol pero él se acerca a mi.
Su torso está desnudo y se puede ver perfectamente su cuerpo definido y de tono rojizo por el sol ya que su piel es muy clara. Su cabello rubio caía por su frente con algunas gotas de agua en el, sus ojos están rojos, supongo que por la sal del mar pero sus pupilas brillan y son de un azul más intenso de lo normal.

-Hola Joan. -Digo con una sonrisa.

-¿Os venís luego a jugar un partido con los demás?

Miro a Anna y esta asiente con una sonrisa.

-Vale, nos vemos entonces, Laia.

**

Las chicas hablamos un rato mientras los chicos juegan al fútbol.

Luna y yo vamos corriendo hasta la orilla y todos nos siguen. empezamos a salpicarnos dando patadas al agua, nos empujamos hasta caer. Luna y yo  caemos al agua.

Empezamos a cantar juntas y no se como, ambas, metemos la cabeza por el agujero de una camiseta muy ancha. nos reímos mucho. Salimos de la camiseta y de repente Joan se acerca a mi.

está atardeciendo y el empieza a rodearme con sus brazos en la orilla para intentar tirarme al agua.

-Vamos tienes que caerte, hazlo por mi.

-¡NO! ¡NUNCA! jajajajaja. -Contesto intentando resistirme.

finalmente caigo, una ola me cubre y justo en ese momento, me agarro de su tobillo haciendo que él caiga.

Me doy cuenta de que Lucy nos mira desde lejos y me aparto un poco de él. Joan ríe y al ver que me alejo, inmediatamente se acerca gastándome algunas de sus bromas.

-Bueno Joan, me tengo que ir.

-¿Ya? no vamos, quédate, aquí, conmigo.

Suelto una gran carcajada al oír su tono de hombre desesperado en apuros.

Me mira con sus ojos azules con una mirada cómplice y vuelve a repetir.

-Cásate conmigo, te pido matrimonio aquí y ahora jajaja.

Esto me pone más nerviosa y Joan aprovecha para volverme a tirar al agua.

Me levanto y salimos juntos de la orilla.

Lucy y las demás chicas ya no están, solo quedamos Luna, Joan y yo.

-Bueno chicos, luego nos vemos. -Digo con una pequeña sonrisa.

-Sí yo también me voy. -Dice Luna sonriendo como siempre.

-Pueeees hasta luego. -Contesta Joan rascando su nuca con la mano y una sonrisa de oreja a oreja.
**
-Hola - digo al llegar a la muralla donde quedamos todos.
Todos me saludan con una sonrisa excepto las chicas del pueblo que me miran de manera extraña, en cambio Lucy ni me mira.

-¿Pasa algo? hay mucha tensión...

-Pues...-Joan intenta hablar pero Luna le interrumpe.
-A ver , aquí hay un problema y hay que solucionarlo así que Joan, ya sabes lo que te dije antes, lo aclaras todo y ya está. -Dice Luna aclarando la situación

Este se aparta junto a Lucy para hablar con ella y esto me pone de los nervios. Hablan durante tanto tiempo que ya agobiada, sin saber porqué me empiezan a salir lágrimas. ¿Me gustaba realmente Joan? es imposible, no Laia, está prohibido sufrir por los chicos, más si lo acabas de conocer.

Me aparto cuando veo que Lucy está llorando y el intenta calmarla. Anna se queda con Luna y yo voy a dar una vuelta sola.

-Laia, espérame. -Anna me sigue ya que he decidido irme a mi casa.

-¿Qué ha pasado? -Pregunto a pesar de que no quiero saberlo.

-Pues a ver, solo han hablado y el le ha dicho que sinceramente no debe estar así, después cuando terminó de hablar con ella, nos preguntó que donde estabas y le dijimos que te fuiste, así que me pidió tu número y... ¡Se lo he dado!

-Pffff. -Bufé casi irritada.

Miro el móvil y tengo varios mensajes que ignoro ya que el número no está guardado y supongo que es él. Escondo la cabeza bajo la almohada y cierro los ojos esperando que mañana todo sea mejor.

ImpredeciblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora