Capítulo 10. Sin palabras

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POV. SUNGGYU

No sé por qué le permití tocarme. Tampoco sé por qué me dejé llevar hasta la habitación, sus palabras habiendo llegado bastante hondo en mi mente.

Era un niño. Y como tal, a veces no podía evitar dejarme llevar por bonitas palabras y promesas fútiles, por sueños infantiles que lo mismo no llegaban nunca a cumplirse.

Pero realmente... realmente deseaba que me diese un recuerdo mejor.

No odiaba a Andy, pero siempre imaginé mi primera vez distinta. Con más pasión y anhelo, por muy cuidadoso que hubiese sido conmigo.

Así que me dejé llevar por su voz antes de darme cuenta.

Le confesé mi triste realidad sin reparos. Sé que sintió lástima por mí, lo sé muy bien, pude sentirlo en la manera cómo me abrazó.

Pero igualmente noté que eso no iba a hacerle retroceder. Parecía que eso incluso le había alegrado, como si estuviese dispuesto a hacer lo posible para encandilarme.

¿Podía alguien con una actitud tan fría enardecerme al punto de realmente disfrutarlo sin reparos?

Sentí sus labios sobre los míos cuando asentí para aceptar aquello que me estaba proponiendo. De todas formas iba a suceder. Era mejor si cooperaba, ¿no?

No pude evitar tensarme un poco ante su contacto, esperando algo que no llego, puesto que fue tierno, apenas rozando mis labios con los suyos.

Le miré sorprendido por ese gesto, siguiéndole hasta la suite, su mano tomando la mía para que le siguiese hasta detenerse frente aquella gran cama, su mano acariciando la mía, hasta que la besó.

No le rechacé cuando tomó mis caderas y comenzó a besarme muy tiernamente, probando que me comenzase a relajar con su contacto, sus suaves besos distrayéndome por la ternura.

Parecía no llegar nunca mis labios, recorriendo mi rostro con los suyos primero, al punto que casi estaba esperando que terminase su camino.

Sonreí cuando besó mi nariz, sorprendiéndome luego cuando mordió mi labio inferior y luego me besó castamente. No buscó nada más, y eso me hacía sentir cómodo, mis brazos subiendo lentamente hasta posarlos en su torso.

Se sentía bien tenerle abrazado a mí, como si sus poderosos brazos pudiesen protegerme.

Inconscientemente, comencé a corresponder a sus besos. Lo hacía lento, delicioso a mi parecer. Sus labios se amoldaban perfectamente a los míos.

Me incomodé cuando me colocó en la cama, su cuerpo entre mis piernas, pero sin llegar a apoyar todo su peso en mí, sus labios nuevamente sobre los míos, jugando a desesperarme, moviéndolos para detenerse, mordiendo para luego lamer y alejarse.

Quise seguir su ritmo, adaptarme a él, concentrarme en aquello. Disfrutarlo.

Algo me empujaba a aceptar lo que me estaba dando sin reparos, sin resistirme a ello.

Cuando quise darme cuenta, su mano estaba recorriendo mi abdomen con tranquilidad, su contacto electrizante. Sentía como si la piel me quemase allí donde me tocaba, pero no lo alejé.

Cerré los ojos, mordiendo mi labio inferior suavemente, sus labios recorriendo mi cuello con mucha calma, apenas rozando.

Noté levemente cómo mi camisa estaba siendo desabotonada por él, sus manos trabajando lentamente, alternando sus atenciones en mi cuello con mi torso.

Quitaba un botón para luego acariciar un poco más de mi piel con la yema de los dedos, dando toquecitos, para luego sentir un beso, una pequeña succión en mi cuello que me distraía de sus manos.

[Woogyu] No hace falta un comienzo perfecto [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora