Capítulo 8

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Había pasado dos semanas, Harry estaba muy cansado, eso se debe por la bebé, él necesita ayuda, pero no la pide porque cree que solo puede hacerlo. Esta cansado, a no más y lucha por quedarse despierto en clase. Está pendiente de la hora, apenas suena el timbre, sale corriendo del establecimiento. Sus notas, al menos en filosofía, no sé en las demás, están bajando. Ese hombre necesita descansar.
-¿Por qué miras tanto a Harry? -me preguntó Lourdes mientras anotaba en su cuaderno lo que estaba escrito en la pizarra.
-Lo veo, no sé, agotado ¿No?
-Ahora que me lo dices, si, puede ser. Está pálido ¿No estará enfermo?
¿Y si lo está? ¿Y la bebé?
-Quizás.
Y como era de esperarse, una vez más, sonó la campana, Harry se fue volando del aula.
-Este chico si que está raro.-habló Lourdes antes de irse.
Acomodé mis anteojos.
Tenía que saber que es lo le está pasando, me dirá que me meto en sus cosas pero no me importa en lo más mínimo. Tomé mis cosas y me fui a casa. Cuando llegué, mamá estaba llorando con una camisa de mi padre en su mano. Esta camisa, tenía labial rojo cabaré por todo el cuello de la camisa, y no era una simple mancha, eran besos de labial. Algo dentro mío se quebró pero no mostré emoción alguna.
Mamá al verme, escondió la camisa y secó sus lágrimas.
-No la escondas, ya la vi.- su mirada estaba triste- no tienes que pretender que entre papá y tú las cosas van bien, puedo entender que no, ya no soy una niña.
-Le di los mejores años de mi vida- su voz estaba quebrada, tenía espasmos del llanto. - ¿Y así es cómo me los paga? No tiene respeto por mi ni por ti haciendo estas cosas. Si ya no me ama, preferia mil veces que me lo dijera a que me engañara.

Lo más cruel que puede pasarle a un hijo, es ver a tu madre llorar por un hombre, más si es tu padre.
- ¿Vas a quedarte callada o le dirás esto?
-Obviamente que se lo voy a decir pero quiero que estés tú también hija, sé que no será nada agradable esto pero quiero que veas la clase de persona que puede llegar a ser un hombre. 20 años de mi vida le di, haciéndome estas cosas.... realmente no lo entiendo. ¿En qué fallé? - Mi madre se quebró. Si tu padre falla en una relación siéndole infiel, no espere que su hija lo mire con los mismos ojos, una cosa es que el amor se haya ido y otra cosa es ser infiel sabiendo que tiene familia.

-Mamá, yo... necesito aire fresco después de esto, estaré con Lourdes, me quedaré a dormir con ella.¿De acuerdo? Me llevo el auto de papá. -Besé la frente de mi madre. Que tremendo hijo de perra es mi padre. Al salir a fuera, respire profundo dejando salir un suspiro de mis labios. Debía irme de aquí porque si veo a mi padre no me controlaré. Era tarde, diez y media de la noche.
Ya estaba en el coche prendí el motor y salí de ahí lo más rápido posible, las lágrimas caían por mi mejilla, mis manos estaban frías, siempre que sufría de nervios o lloraba mis manos se volvían como hielo.
Debía irme, no debía quedarme en esa casa, al menos no hoy. Aparqué el coche al frente de un parque mientras buscaba mi teléfono celular. Debía marcarle a Lourdes y decirle lo que paso.
-¡Vamos, joder, coge el maldito teléfono! ¡Apagado, perfecto! -golpee el volante con las palmas de mis manos. "Louis, él puede salvarme" pensé, busque desesperadamente su número, apreté la tecla verde para llamar, sonaba pero aún no contestaba. "Vamos Louis, te necesito" y gracias a Dios, contestó.

-¿Hola?
-Louis.- mi voz sonaba quebrada.
-¿Qué sucede? ¿Estas bien?
- Necesito estar fuera de casa por hoy, ¿Louis tu crees que podría quedarme en tu casa? Sólo esta noche. No tengo a donde ir.- los espasmos del llanto apenas me dejaba hablar.
-Dime donde estas.
-Estoy con el coche, pásame la dirección por texto, voy yo para allá.

Corté la llamada y a los minutos estaba el mensaje de texto con la dirección de su casa. Prendí el coche rumbo a la casa de Louis, en Londres; el clima era un desastre, llovía que parecía un diluvio, apenas podía ver por el parabrisas el camino. Bajé la velocidad,no quería matarme en esta lluvia.

Estacioné al frente de un gran edificio, al entrar estaba el hombre de seguridad.

-¿Señorita? - habló penas puse un pie en ese lugar.

Diablo |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora