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- Ann... Anya? Dijo Ken apenas y con un hilo de voz. Podía percibirse el miedo que sentía.

Anya permanecía viéndolo fijamente, prácticamente sin siquiera parpadear, lentamente fue esbozando una macabra sonrisa, se dio la vuelta y se puso frente a él, se levantó y empezó a acercarsele lentamente, pasando sus manos alrrededor de su cuello como si fuera a besarlo; cm, mm... Todos veían estupefactos, seguros de que la habían perdido, que ahora sería una especie de sumisa o algo por el estilo, pero cuando mas cerca lo tenía, lo levantó sosteniendole solo por el cuello, para después arrojarlo contra la pared. Impacto que dejó al azabache semi consciente.
- Ay por Dios, Anya!! Exclamó Kari asustada. Un empujón que logró derribarla fue mas que suficiente.
Los muchachos se acercaron rápidamente a intentar controlarla, pero su temor a lastimarla era enorme por lo que no habia mucho que hacer...
- quien eres?! Quien eres y qué le hiciste a Anya?! Dejala en paz!! Gritaba TK desesperado, mientras sacudía a Anya por los hombros, a lo que ella en defensa respondió, oprimiéndole del mismo modo, con tal fuerza, que empezaba a lastimar sus huesos. El rubio se quejaba por lo bajo, para no alterar mas a su amiga...
- No, Anya! Sueltalo! Espetó Davis en un grito, orden a la que ella obedecio sin chistar, pero a que costo?
Ahora iba hacia él, dispuesta a hacerle algo, pero a medio camino, cayó desmayada, o al menos muy debilitada.
- Anya! Ann, Annie, Anita!!! Gritaba desesperado mientras la volvian a recostar en la cama. Habia vuelto a caer en la tipo crisis de fiebre, se movia inquieta, como si tuviera una pesadilla; al cabo de un rato, volvió a estabilizarse, y despertó. Esta vez, siendo ella.
- aauuug... Ay... Hola....
- Annie?
- Qué paso?
- qué paso? No... Te... Acuerdas?
- no... Solo... Soñé que... (Se pone mas roja que nada)
- qué soñaste Annie?
- no puedo decirles... Van a matarme...
- porqué habriamos de hacerlo? Preguntó Davis con curiosidad y duda, Tk y Kari se miraban preopados, puesto que ya sospechaban de quién se trataba.
- sabes guardar un secreto?
- claro... Y mas siendo uno tuyo. Soy una tumba...
- es...
- a-augh... Qué me... Anya! Despertaste!!
- Ken? Entonces no...
- estas bien?
- fue una pequeña crisis... Intervino Izzi
- ha! Pequeña? Con suerte no me rompió la cabeza...
- Es efecto de la espiral maligna; Anya tiene ataques de violencia desmedida, como los digimons que mandas a atacar... Pero el impacto es mayor, puesto que los digimon tienen un tamaño mas grande la mayoria de las veces. Digamos que esto es una especie de sobredosis...
- Y como tal, afecta partes de su cerebro. Sobre todo la parte donde rigen las emociones, los recuerdos, y la personalidad... Complementó Jo, mientras guardaba un libro de neuroanatomía. Por eso Ann pasaba por todos esos ataques.
- Entonces... Me estoy volviendo loca? Dijo Anya con una marcada preocupación
- no, no no no.... Solo es una reacción de tu cuerpo a lo desconocido. Aunque...
- Aunque... Qué? Espetó el emperador. Te hice una pregunta, cerebrito...
- Aun no sabemos cuán reversible pueda ser...
- o sea que no se va a curar?
- No sabemos.
- - Anya... Dijeron castaño y azabach al unisono, volteando a verse sorprendidos por tener una preocupación en comun.
- diganme la verdad muchachos; me voy a curar o no?
- vamos a hacer lo que esté a nuestro alcance, Ann... Te lo prometo. Vas a estar bien. Le dijo Jo con sobrada seguridad mientra acomodaba un rebelde mechon de la frentede Anya.
- el plazo se acaba. Quedan poco mas de 4 semanas de las 6 que se supone va a pasar en Hiroshima... Que va a pasar si no...
La pregunta no pudo ser terminada, pues en ese momento entraron Vmon y el resto de los digimons, incluido Muffimon quien corrio directo a los brazos de Anya...
- Annie? Annie! Despertaste!! Te extrañe mucho, Annie!
- Muffimon!! Pareciera que Anya no tenia ningun problema, era la de siempre, tan dulce... Tan sonriente.
- Peleamos contra antnomon, y ya no tiene espiral, Annie!
- en... En serio?
- si! Y pude ser LadyBugmon!
- debiste estar increible, Muffimon

El emperador, al escuchar de su nueva derrota, adquirio un semblante serio. El cambio fue bastante obvio, y asi, sin decir nada mas, ni siquiera despidiendose de Anya se marchó, sin contar xon que alguien lo seguiria...

- Oye! Eh, Ichijouji regresa!
El azabache se detuvo ante los insdistentes gritos de su principal rival.
- que es lo que quieres...
- yo... Me da gusto que te preocupes por Anya. Creo que no eres tan malvado despues de todo. Otra, no me. Gusta que la trates asi, que te emberrinches y te vayas asi nada mas, no entiendes que eso le lastima?
- tú que puedes saber, eh?
- lo presiento.
- es eso? O la estas conociendo tanto que incluso te empieza a gustar?
- mira quien lo dice... Sacrificar tu orgullo por una chica, para despues darle la patada? Si en verdad te preocupa, y la quieres, abre los ojos, date cuenta de tus fllas, deja esto y, ve por ella.
- Dejar... Todo por ella?
- y dime quien no lo haria?
Los dos se qwuedaron viendo fijamente, sonrrojados por su respectiva confesion, es entonces que en un ataque de valor o quiza solidaridad, el chicvo de los googles rompió toda barrera y abrazó a aquel ojigris con quien tanto rivalizaban
- Ella va a estar bien. Yo lo se. Y tenemos que estar para ella, de acuerdo?

Cuando El Amor ImperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora