Dibujando el segundo encuentro

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No podía dejar de pensar en todo lo que había pasado los últimos días, era demasiada información que procesar y comprender, como era que esos anillos de color negro podían corromper así a una criatura tan noble y adorable como lo son los Digimon; todo este lío me había hecho sacarme de la cabeza aunque fuera por un momento, a Ken Ichijoji. Ese prodigioso chico de cabello negro y ojos grises que había llamado mi atención desde un año antes, cuando pasamos del 4° al 5° grado.
Lo sé, quizá soy demasiado pequeña para andar pasando por estas cosas pero, no se; sólo recuerdo que nos cruzamos por el pasillo igual que esta vez, y me quedé mirándolo sin que se diera cuenta. Sus ojos... Tan grises, pero a la vez tan tristes...

Lo seguí con la mirada hasta que salió de la escuela y cruzó el patio en dirección a la calle. De eso ya hace un año, un año. Estoy en el parque sentada en una de las bancas, con las piernas acurrucadas, pues etoy dibujando unas ardillas que juguetean en uno de los árboles, ya estaba trazando los últimos detalles cundo alguien se acercó y...
- hola ehm... Anya, cierto?
- hola Ken, dije tímidamente. Que sorpresa... Como estas?
- estoy, que es lo importante. Te pasa algo?
- no, porqué lo dices?
- es que... Te vi aquí, muy sola y...
- oh, no es nada. Sólo que a veces me hace bien caminar un poco yo sola, pensar cosas y; despejarme un poco
- te entiendo. Nunca te has sentido sola, aún estando rodeada de gente?
- muchas veces. Pero, tengo una vía de escape...
- no Anya, no hay escape.
- Dibujar es la mía.
- Dibujar?
- si... Dicen que dibujar algo es intentar capturarlo  para siempre...
Fue entonces que tomó mi cuaderno y, empezó a pasar las páginas. Estaba sorprendido...
- Anya, tu has hecho todo esto?
- no son gran cosa, pero...
- bromeas? Son asombrosos! Es casi como ver una fotografía, o que en cualquier momento se van a mover en el papel...
- no seas exagerado, Ichijoji. Son simples dibujos, nada relevante. No viniendo de alguien tan torpe y sin gracia como yo. Alguien... Invisible.
- no digas eso, Anya. Yo se que eres mucho más que todo eso
- pero si apenas y me conoces... Es la segunda vez que hablamos. No puedes estar seguro, la gente tiene muchas caras.
- Tienes razón. Pero algo me dice que tu eres la excepción a esa regla...
Nuevamente sentí como me sonrojaba, mis mejillas hormigueaban y sentía cada pleito en mi piel erizandose.
- quiero ser Arquitecto, Ken.
- y se que podrás... Dibujas increíble.
- gracias.
- yo... Ni siquiera se que quiero para mi futuro.
- se que vas a encontrar tu camino, Ken. Eres muy inteligente; más de lo que yo quisiera ser. Quisiera ser la tercera parte de inteligente de lo que tu eres.
- No, Anya. No te subestimes, ni te compares... Se que eres única. Yo quisiera ser más como tú.
Los dos esbozamos una leve sonrisa que rayaba entre la tristeza, la timidez... Tantos sentimientos encontrados en un sólo gesto.
Empezaba a atardecer y nos quedamps viéndonos por unos segundos que parecían eternos...
Nos fuimos acercando lentamente, la nueva yo que crecía en mi interior sabía lo que venía, y se veía impaciente por que ocurriera; sólo se que cuando empecé a cerrar los ojos,
- ehm... Se hace tarde. Creó que lo mejor es que nos vayamos, no es seguro andar solos en la calle a estas horas...
- pero apenas son las 7...
- nos veremos luego, si?
- de acuerdo...
- y... Anya.... Dijo, tomando mi mano y haciéndome volver hacia él..
- si?
- cuidate mucho y... No dejes de ser quien eres.
Me limité a sonreír levemente y asentir con la cabeza... Acto seguido me soltó y, cada quien tomó su camino.

Genial. Vine a caminar y dibujar para despejarme; y vuelvo a casa con más marañas en la mente.
Porqué Ken Ichijoji?!

Cuando El Amor ImperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora