Hola, imposible.
No sabes lo que me alegró llegar a casa ayer de trabajar y verte ahí aunque sabes que siempre interiorizo todo y, esta vez, no fue la excepción.
Encima me había caído un buen palo de lluvia encima y no estaba en mis mejores condiciones.
Aún así, quisiste abrazarme y créeme cuando te digo que estaba helada por la lluvia, pero tus brazos me hicieron entrar en calor unos segundos.
Inesperada.
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Hola, imposible.
Short StoryKatie, un amor imposible, un cuaderno secreto y un bolígrafo.