Hola, imposible.
Te sentaste a mi lado en el tejado de casa y yo olvidé cómo se respiraba.
Estabas tan guapo despeinado, con un pantalón de pijama largo y una camiseta recortada que he olvidado que me mirabas con diversión por mi cara de tonta.
No sé qué pasó después de estar en silencio y caer dormida sobre tu hombro pero desperté en mi cama, abrazada a ti (ambos vestidos).
El mejor despertar de mi vida.
Inesperada.
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Hola, imposible.
Short StoryKatie, un amor imposible, un cuaderno secreto y un bolígrafo.