Hola, imposible.
Hoy estaba fumando en la ventana de mi habitación mientras tú te subías al coche de mi padre con él y Charlie.
Has mirado hacia arriba cuando sentiste que te miraba, me sonreíste y negaste con la cabeza haciendo una seña a mi cigarro.
Yo rodé los ojos metiéndome de nuevo en la habitación haciéndote ver que estaba cansada de esos "reproches" que todos me dan sobre fumar.
Lo que no viste fue que apagué el cigarro con una pequeña sonrisa al imaginar que te preocupas por mí.
Inesperada.
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Hola, imposible.
Short StoryKatie, un amor imposible, un cuaderno secreto y un bolígrafo.