Hola, imposible.
Hoy te he preguntado por aquella mujer que mi padre mencionó en la comida de hace un tiempo.
Te reíste agachando la cabeza mientras un rubor cubría tus mejillas.
En el instante que comezaste a describir su personalidad y tus ojos brillaban con tus palabras, mi corazón iba latiendo más despacio hasta que casi parecía estar parado.
Cuando no pude seguir escuchándote hablar así de alguien más, te eché de la habitación poniendo de excusa que tenía que hacer algo para el trabajo.
Saliste cabizbajo y yo me puse a llorar cuando cerré la puerta.
Inesperada.
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Hola, imposible.
Short StoryKatie, un amor imposible, un cuaderno secreto y un bolígrafo.