Universo Lilu.

Brisa nocturna.

El estruendoso rayo rompe el silencio sepulcral de la bahía, la cual, había estado tranquila hasta el momento. El mar, ahora agitado, se ve poderoso e imponente.

El cielo ruge con la fuerza de mil leones y, el viento, arrasa con todo a su paso.

La luna, siempre serena, es cubierta por las densas nubes oscuras que, bien podría jurar, se divierten con el momento tanto como yo.

El espectáculo que estoy presenciando hace estremecer cada parte de mi cuerpo y, el viento, amenaza con alzarme y llevarme lejos. Pero, no lo permito. Anclo mis pies a la húmeda tierra y, con todas mis fuerzas, resisto toda su potencia.

Una lágrima resbala por mi mejilla, una lágrima llena de alegría. El viento la aparta enseguida, como una fría mano que acaricia mi mejilla.

La lluvia, o más bien llovizna, cae suavemente sobre mi rostro, sobre las plantas que me rodean, y sobre el mar turbio e intranquilo. ¿Cómo puede estar la lluvia tan tranquila mientras todo lo demás rebosa en el caos? No lo sé... Pero, en cierta forma, es como si describiera mi justo estado de ánimo. Caótico, dulce, imponente, sereno... Son palabras pequeñas para describir lo que siento. Pero, puedo verlo, ver esta perfecta combinación que me hace sentir viva. Que me muestra lo bella que puede llegar a ser la vida.

Poco a poco el viento y el mar se tornan menos violentos, a la vez que la llovizna empieza a mostrar todo su poder. Sonrío. Esto es perfecto, único e inolvidable. Desearía quedarme por siempre, pero sé que no durará. Los segundos pasan y las horas igual, los latidos de mi corazón resuenan en mis oídos aún cuando el sonido de la lluvia es imposible de ignorar.

Quisiera decir que este momento quedará grabado en mi memoria por siempre, pero sé que lo olvidaré, al igual que siempre olvido todo. Las palabras, mi pasado, mis padres, mi propio nombre... ¿Qué habrá sido de mi vida antes de este momento? No lo sé, y tampoco me interesa recordarlo.