Prólogo

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Aeropuerto Hartsfield-Jackson, Atlanta, 1995

-¿Es cierto que cuando una persona muere va hacia allá arriba?- pregunto la niña a su abuela señalando al cielo con su pequeño dedo índice.

-Solo si has sido buena persona- respondió la abuela, con ánimos de darle una respuesta que llenara de ilusión a su pequeña nieta, aunque en realidad ella misma no conocía la respuesta a aquella pregunta formulada por la chiquilla de cinco años.

-¿Entonces podremos ver a mamá cuando tomemos el avión? ¿Puedo saludarla y tomarle la mano? ¿Puede darme mi beso de buenas noches?

A la señora Ana se le hizo un nudo en la garganta al escuchar la esperanza en la voz de su nieta Dominica, desvió la mirada y limpió con la manga de su abrigo la lágrima que amenazaba con mojar su rostro.

-Mi querida Dominica, no creo que eso funcione de ese modo...

-Pero- interrumpió la pequeña- mi mamá es buena, ella tiene que estar ahí. Yo quiero verla.

-Chiquita, cuando una persona muere no puede ser vista de ese modo, se vuelven invisibles.

-¿Por qué?

-Porque esa es la regla- la niña agacho su cabeza en un gesto que casi le rompe el alma a Ana y entonces sin pensar prosiguió- pero existe un modo de tenerla cerca que dependerá de cuanto deseas verla.

Dominica alzó su cabeza y miró a su abuela a los ojos con un brillo similar al que tienen todos los niños al escuchar al carro de los helados.

-Pues... verás...- Ana llevó su mano izquierda a su cabeza y se rascó el cuero cabello en un intento de encontrar una teoría que por el momento alimentara la fe de su nieta- cada vez que quieras tener una imagen de tu madre recuérdala. Recuerda su risa, recuerda su voz, recuerda cada caricia solo entonces podrás mantenerla viva en tu corazón, hazlo siempre que necesites de ella. Pero que sean recuerdos que te hagan feliz.

-¿De verdad?

Preguntó Dominica un tanto escéptica.

-Solo si en verdad lo deseas así será- sentenció Ana- ahora vamos a abordar el avión que ya nos están llamando.

-¿Por cuánto tiempo nos iremos a Panamá, abuelita? Mi mejor amiga, Kristen, tiene mi Barbie favorita y no quiero que crea que se la regalé.

-Chiquita, creo que tendré que comprarte una nueva porque ahora vivirás conmigo en Panamá.

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Hola!! esta es mi primera historia, y si me comentan que les parece se los agradecería un millón. aun no está terminada, pero depende de la aceptación que tenga publicaré los capítulos. 

Les dejo esta canción que está buenísima se llama "chance" de la banda Llevarte a marte y cae súper bien con lo que sucederá más adelante en la historia






Ella creía que era amor (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora