Panamá, 2011Los viernes tenían un sabor agridulce para mí, ya que siempre tenía sentimientos encontrados, feliz porque el fin de semana comenzaba oficialmente a las 5:30 de la tarde y ansiedad porque quería que se pasara rápido el día. Ya eran la 3:00 p.m. los gemelos llegaron pero por ahí mismo se fueron con una tía al cine, mi día se había resumido en contestar llamadas, casi todo el día me la había pasado sola, luego de un rato llegó una señora alta de cabello corto.
-Buenas tardes- saludé cortésmente.
-Hola querida- me saludó y se inclinó hacia el escritorio para darme un beso en la mejilla- yo soy Yulissa, la amiga de Paty.
-Oh si, la señora Patricia me comentó que vendría ¿Cómo está?
-Apresurada mi corazón, voy tarde a una reunión y vengo a buscar unos papeles que dejé en su oficina el otro día.
Me causó curiosidad con la elegancia que caminaba, a pesar de que casi iba corriendo. Parecía una persona agradable, me recordaba a mi tía Jane.
Del mismo modo en que entró se dirigía a la salida, pero en la entrada se encontró con Fernando, se saludaron rápidamente y a continuación este atravesó la entrada.
-Buenas tardes- saludé.
Pero este solo giró la mirada hacia mí con semblante serio y pasó de largo ¿qué demonio le pasaba a este? Si ese era el trato que iba a recibir de su parte pues que se olvide que yo volveré a saludarlo primero. Él tiene su orgullo y yo el mío.
El reloj marcaba las 4:05 de la tarde, y no estaba haciendo absolutamente nada, esto si era ganar dinero fácil, tomé mi celular y marqué a Marisol.
-¿Aló?
-Oye idiota ¿y en que quedó el fin de semana en la playa?
Amiga no es amiga sino se saludan con un insulto.
-Claro que sí, esto no se cancela por nada en el mundo.
-Y me voy contigo en tu carro ¿no?
-Por supuesto, pero te tengo una sorpresa.
Esto no se veía bien. Cada vez que usaba ese tono pasaba algo loco, en una ocasión quedamos en una estación de policías.
-A ver- dije en tono cansado.
-Leo viene en mi auto.
-¡Qué te pasa! Lo hiciste de maldad. No me voy contigo, además... él tiene su auto.
-No te pongas así.
-¡Qué clase de amiga eres! No te hablo.
-Te comportas como una niña.
-Pues soy tan infantil que voy a cerrar. Adiós.
Sin verme en un espejo me imaginé mi rostro de enojo.
-Necesito que me hagas una carta.
-¡Jesús!- no sé cómo lograba aparecer tan sigilosamente.
-No, soy Fernando- me contestó con una sonrisa, este hombre sí que tenía problemas emocionales.
-¿Qué necesita?- pregunté en tono seco mientras me concentraba en la computadora, abriendo archivos al azar para dar la imagen de que estaba ocupada en algo.
-Una carta dirigida al banco MBC concertando una cita referente al caso de Marcos González, busca el archivo de ese cliente, en tu ordenador tienes un modelo de carta y llénalo con los datos.
ESTÁS LEYENDO
Ella creía que era amor (Editando)
RomanceELLA CREÍA QUE ERA AMOR Prefacio Dominica es una chica que ha sufrido pérdidas desastrosas y momentos de inestabilidad, pero a pesar de ellos siempre tiene una sonrisa en su rostro y es el alma de la fiesta con sus amistades, sin embargo, si hay al...