Capitulo IV

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Oxford 2013, 5 de enero de 2013.

¿Y de que se reía el? ¿Acaso tenía un payaso en la cara o qué? El rubio se sentó a la mesa acompañando a la señora Kate y a mí, con un gesto elegante (para mi) tomó la tetera y se sirvió al tiempo que cruzaba las piernas, lo que por primera vez me pareció extremadamente sexy.

-Guau, aparte de lujuriosa, tiene garras. Me agrada.

Miré a la señora Kate con cara de horror ¿Qué iba a pensar de mí con semejante comentario?

-Oye, tú no cerraste la puerta del baño, yo no quería ver, lo juro.

-Dylan, vas a asustar a la niña. Díganme que ocurrió-entonces el comenzó a explicarle, aunque tuve que interrumpir un par de veces su historia porque me hacía quedar como una lunática.

Entre risas concluimos la historia.

-Bueno, ahora si me presentaré formalmente- dijo el rubio y estiró su mano para estrecharla con la mía, gesto que correspondí- mi nombre es Dylan Hall, el sobrino de esta señora que se cree mi madre, mucho gusto- La señora Kate le dio un codazo y él se quejó.

-Yo soy Dominica, el gusto es mío-respondí.

-Si yo fuera tú, Dominica, me lavaría las manos antes de volver a tocar la comida, ya sabes, fui a orinar hace un momento.

-Eww- me asqueé- no hablarás en serio.

-No laves tus manos, solo si quieres ese pancake con ingrediente especial- levantó sus cejas una y otra vez en un gesto gracioso, cielos como se podía ser gracioso y asqueroso a la vez.

-Dylan, no seas asqueroso, respeta a mi inquilina y por el amor de Dios, ponte un pantalón y deja de pasearte en ropa interior por la casa cuando tenemos inquilinos.

-Ok, me retiro- se volteó hacia mí- señorita...- hizo una inclinación dramática, tomó mi última pieza de pancake y se lo llevo a la boca- creo que ya no querías eso.

-No, para nada- contesté sarcástica.

Cuando se retiró su tía prosiguió.

-Perdona a Dylan, es un chico excéntrico.

-¿Vive aquí?

-No, cuando se va de fiesta prefiere quedarse aquí, así no tiene que manejar hasta su casa que está un poco alejada de aquí.

-Ok- me limité a decir.

-Cambiando de asunto, estuve pensando en que tal vez hoy podría mostrarte parte de la ciudad y llevarte a la universidad para que la conozcas.

-Me parece estupendo.

Al cabo de una hora salimos a conocer la ciudad, o más bien, salí a conocer, la señora Kate era mi guía.

Todo era como estar interpretando una película de Harry Potter, la arquitectura antigua que daban la sensación de estar respirando siglos de historia y cultura, me sentía como el príncipe del rap cuando llegó a Bel Air. Caminamos desde la casa hacia el Ashmolean Museum, no se encontraba muy lejos de donde estaba nuestra residencia en Richmond Road, siempre sentí curiosidad de visitar aquel museo y observar aquel legado de Elías Ashmole, desde niña me interesó aquel museo y no necesariamente por haber sido una niña intelectual, sino porque una navidad mi abuela me regaló un playstation y el juego medievil II donde aparecía un museo en Londres, indague sobre él, me obsesionaba la idea de que existiera aquel museo y encontré el Ashmolean que aunque está en Oxford y no en Londres, es muy parecido al del videojuego y entonces me obsesioné con todo lo que representaba.

Ella creía que era amor (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora