Capitulo 3: Mi presente.

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Al no tener amigos, y no ir a la preparatoria ni conocer muchas personas, mi vida esta sumergida en un profundo aburrimiento. El único amigo que tengo es Evan, mi compañero de apartamento y de trabajo.

Mi trabajo consiste en recolectar almas para entregarlas a mi padre, Lucifer. A los 15 decidí escapar de casa para proteger a mis padres, ya que en ocasiones mis compañeros de trabajo iban a buscarme y alguno de ellos podía salirse de control y atacar a mis padres.

He recibido entrenamiento desde los 8 años, he aprendido a dominar mis poderes antes de que ellos me dominen a mi. Soy una de las demonizas mas fuertes del infierno, y eso se debe a ser la hija de Semyazza, el líder de los 200 ángeles caídos y reclamados por Lucifer. Nunca he visto a mi padre, Lucifer dice que no es propio de un demonio querer a alguien, que si algo puedo hacer para hacerlo sentir orgulloso es cumplir mis deberes sin romper las reglas que traen consigo.

Y así lo hago, en el transcurrir de estos 11 años he aprendido a no depender de nadie ni dejar que alguien dependa de mi, a no aferrarme a las personas y a mantener una personalidad fuerte y con carácter, a ser cruel, a comportarme como lo que soy, un demonio.

(...)

El reloj marcaba las 11, me quedaba una hora para alistarme y salir a trabajar con Evan. Me di una ducha caliente y fui a mi habitación a vestirme, y ahí estaba el muy idiota viendo tv como si no tuviera nada que hacer.

- ¿Que crees que estas haciendo?, ¿no se supone que deberías estar duchándote para salir a trabajar? vas a hacer que Lucifer se moleste y vamos a terminar mal ambos. -Dije mientras lo miraba con el ceño fruncido.

-Relájate Marie, solo son las 11:20, aun me quedan 40 minutos para alistarme.

-Bien, pero lárgate de mi habitación, voy a vestirme. -Le hable ya bastante enojada por la forma tan tranquila en la que respondió.

-Como si no te hubiera visto desnuda antes.-Dijo con una risita burlona y aun mirando el partido de fútbol.

Tenia ganas de ahorcarlo pero me limite a pararme en la puerta y hacerle una señal para que se fuera. Evan sabia perfectamente que si me hacia perder la paciencia el único afectado seria el, así que este se puso de pie y se fue tranquilamente.

(...)

Estamos en el lugar del trabajo a realizar, es la terraza de un edificio de unos 7 pisos y en este esta una chica parada en la barandilla, es muy obvio lo que va a cometer, un suicidio.

Las almas que se suicidan no tienen un lugar en el cielo según la ley de Dios, así que inmediatamente Lucifer las reclama y estas se van al infierno, y esto es lo que le esta por suceder a la chica que lleva por nombre Angela.

-Que desperdicio, si no tuviéramos que acelerar su muerte me la llevaría a la cama.-Hablo Evan mirando fijamente a la chica que aun seguía en su dilema de morir o seguir viviendo. Lo mire mal a lo que este se encongio de hombros.

Proseguí a entrar en su mente para saber que pensaba, la chica estaba recordando una escena en la dos personas se estaban besando, supuse que el chico era su novio y la estaba engañando, y que esa era la razón por la que ella estaba queriendo morir, con la esperanza de olvidar el dolor y escapar de sus problemas.

Que estúpidos son los seres humanos, por este tipo de cosas es que prefiero no querer a nadie, la gente se pone idiota cuando esta enamorada y cuando se dan cuenta de que amar no sirve de nada cometen este tipo de tragedias.

A esta chica ya le llego su hora, revolví sus pensamientos e hice que los pocos recuerdos buenos que tenia se desvanecieran, dejándola sin razones para quedarse, dejándolas sin ningún motivo para seguir viviendo. La chica se dejo caer no sin antes dejar en el mundo de los vivos su ultima lagrima, una lagrima entregada a un hombre que no supo valorar el inmenso amor que ella le profesaba.

-Evan, haz lo tuyo -Le ordene aun mirando al suelo de la calle en donde yacía el cuerpo sin vida de la chica.

Evan dio un paso al frente y reclamo su alma, abrió un portal y el espíritu entro en el.

Un chico subía las escaleras que llevaban a la terraza gritando el nombre de la chica, y cuando noto que ella ya no estaba comenzó a llorar a gritos y con un inmenso dolor, el chico no era el mismo de su recuerdo lo cual me extraño mucho, en este tipo de casos el causante del suicidio suele sentirse culpable, pero esta vez fue la excepción.

-¡ANGELA!, ¡¿ANGELA PORQUE TE FUISTE?!, ¡TENIAS QUE QUEDARTE, AUN TENIAS RAZONES PARA QUEDARTE HERMANITA!-Gritaba el chico mientras las lagrimas corrían por su blanca piel.

Era obvio, el chico era su hermano, si yo hubiera tenido la oportunidad de elegir aquella noche hubiera preferido a mi familia, pero no fue así. Esta chica decidió morir por alguien que no la amaba, cuando tenia a alguien de su misma sangre que sin duda alguna la ayudaría a salir adelante, que irónico.

(...)

Ya había terminado mi trabajo, así que Evan y yo nos fuimos de aquel edificio y aparecimos con solo tronar los dedos en nuestro apartamento.

-Hey Smith, ¿estas bien?-Pregunto Evan mientras se sentaba en el sofá de la sala.

-Si, no te preocupes. -Respondí tratando de sonar tranquila.

-No estarás así por la escena dramática que armo el chico por la muerte de la rubia, ¿o si?-Dijo frunciendo el ceño.

-No seas idiota, Evan. Sabes perfectamente que no soy sentimental, me tiene sin cuidado la muerte de esa chica.

-¿Ah si?, ¿que hay de su hermano?, ¿también te tiene sin cuidado?, vi como lo mirabas.

-Por favor, Evan. No quieras hacer el papel de hermanito celoso... no te queda.-Dije con un cierto tono de burla.

-No es eso, Marie. Si Lucifer se llega a enterar de esto te castigara.

-No sentí nada por ese chico, deja de hacer falsas suposiciones, ademas... los demonios no nos enamoramos porq...

-¡JAJ!... que no se enamoran, ¿como puedes decir eso? tu misma eres el fruto del amor entre un demonio y una mortal. No olvides que los demonios fuimos ángeles, Marie.

-Deja de decir estupideces.-Dije con cierto enojo y confusión mientras me ponía de pie para ir a mi habitación.

Lo que mas me molesta es que el muy idiota tiene razón, si sentí algo por ese chico, pero no creo que sea amor, yo no creo en el amor a primera vista, y mucho menos en el amor entre demonios y humanos, los demonios somos seres destructores, no sentimos amor, estamos programados para matar y destruir, no para andar cayendo en esta estupidez del amor que no es mas que un estado mental.

Creo que necesito dormir un poco, eso me va a aclarar la mente y me sacara todas estas ideas locas que el idiota de Evan me ha dado a tener.






















Mi Pequeño Gran SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora