Mi Pequeño Gran Secreto

Capitulo 8: "Tengo que encontrarla"

||Narra Thomas|| 

Tengo que encontrar a esa chica, tengo que preguntarle tantas cosas, ¿que hacia ella en ese callejón esa noche? de no ser por su llegada esos tipos me hubiesen matado, le tengo que agradecer. 

—Hey Thomas, ¿que sucede?—Pregunto Freddie sacándome de mis pensamientos. 

—Estaba pensando en la chica del concierto.—Respondí con la mirada perdida. 

 —Ya veo... ¿porque no le preguntas a Audrey? Yo vi como ella se despidió de Audrey el día del concierto. 

—¿Porque no me habías dicho antes?—Replique frunciendo el ceño. 

  —No lo recordaba. —Menciono Freddie riéndose como idiota. 

—Bien... que mas da, vamos a la casa de Audrey. 

  —Pero si estamos en pleno ensayo.

 —El ensayo puede esperar. —Respondí con firmeza. 

  Freddie me siguió con fastidio, caminamos en dirección a mi auto y partimos hacia la casa de Audrey, ella vive en una casa alejada de la ciudad, una especie de cabaña, nunca la he visitado pero suelo dejarla ahí al salir de algún concierto, me parece raro que una adolescente de 17 años viva sola. ¿Donde estarán sus padres? Audrey nunca nos ha hablado de ellos, pero en fin... debe tener sus razones.  

Llegamos, como de costumbre la cabaña no tenia ni una sola luz encendida, la cantidad de inmensos y frondosos arboles impiden el paso de luz solar, es algo tétrico este lugar, nada conveniente para una adolescente. 

  —Sabes que... yo te espero en el auto.  —Hablo Freddie examinando el lugar con desconfianza. 

  —Vamos Freddie, no seas cobarde. Esta cabaña no tiene nada de diferente a las que solíamos ir a divertirnos de niños. 

 —Este lugar es siniestro, no hay luces y cualquier animal del bosque podría atacarnos. —Respondió Freddie frunciendo el ceño. 

  —Vamos, solo serán unos minutos.  

Caminamos en dirección a la puerta y tocamos el timbre, esperamos unos segundos y una sonriente Audrey nos recibió. 

  —¡Hola chicos, pasen!

 —Hola Audrey.—Saludamos al unisono. —¿Quieren galletas?

—Yo si. —Dijo Freddie mirando las galletas con deseo, a lo que Audrey rió divertida y le acerco el plato.

—¿A que se debe tan inesperada visita? —Pregunto Audrey.

  —Bueno... ¿recuerdas a la chica que estuvo contigo es nuestra presentación?  

  —Ah, claro... Marie. ¿Que pasa con ella? —Dijo mientras llevaba una galleta a su boca. 

  —Quiero hablar con ella, ella hizo algo increíble por mi y tengo que agradecerle. 

 —¿Algo increíble? ¿a que te refieres?—Pregunto Audrey con un aire travieso en su mirada. 

  —No es lo que crees, ya luego lo sabrás. ¿Sabes donde vive?  

  —Ehmm, si. ¿Tienes algo en donde anotar?

 —Claro.   —Dije sacando una pequeña agenda de mi bolsillo.—¿Tienes lápiz?

  —Si, espera un momento.  —Audrey se puso de pie y fue hacia una pequeña mesa, tomo un lápiz y se sentó de nuevo en el sofá entregándomelo.