Capitulo dos.

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LAUREN

Llegué a mi casa agotada despues de tanto ajetreo esta tarde. Ese chico se lo tenía muy creido pero a mi ya me daba igual. Es de los populares del instituto y seguramente no me volvería a hablar aunque tampoco necesitaba que lo hiciera. Tras saludar a George, el mayordomo que me cuidaba desde que era pequeña y decirle que quería cenar, subí a mi cuarto para darme un baño. Decidí relajarme poniendo velas y escuchando música. Necesitaba estar así, en la oscuridad, tranquilamente. Mientras sonaba "My inmortal" de Evanescense evalué la charla de esta tarde y decididamente, Cristiano era gilipollas y, para que negarlo, muy guapo tambien. Salí de la bañera y me puse mi pijama de invierno. A estas alturas del año empezaba a hacer frío por las noches y ya necesitaba abrigarme. Bajé a cenar y mientras acababa de comerme mi solomillo de ternera con salsa de pimienta llegaron mis padres.

-Hola cariño-me dijo mi madre-¿como ha ido el entrenamiento de hoy?.

-Muy bien mamá. ¿Y vuestra comida benéfica?.

Mis padres solían ir a comidas beneficas al menos una vez al mes para dejar ver que, aunque ricos, tambien eran buenas personas.

-Muy bien cariño. He estado charlando con Katerina la madre de tu amiga Débora. Una mujer encantadora.

Débora era mi mejor amiga desde siempre y Katerina, su madre, era como una segunda madre para mi.

-Si que lo es mamá.

Mi padre entró en la cocina y tras quitarse la chaqueta me preguntó:

-Lauren cielo, nos ha llamado el director, dice que en tu último examen de Geometría has sacado un 8 simplemente. Supongo que no seguirás con esa tontería de ser bailarina y esto sera un acto de rebeldía ¿verdad querida?.

Mi padre, por si no lo habeis notado todavia, es un hombre muy controlador que veía una tontería que su hija se quisiera dedicar a bailar y no ha seguir la empresa familiar, como habría hecho mi hermano Sam.

-No, claro que no papá. Simplemente me resultó demasiado difícil ese exámen. Pero tranquilo, para el próximo sacaré un diez y así recupero la nota que he sacado en este.

-De acuerdo Lauren, espero que sea así.

Tras acabar de cenar y cepillarme los dientes decidí llamar a Débora y contarle lo que había pasado esta tarde.

CRISTIANO

-Ah, Cristiano- gimió esa chica bajo mi cuerpo. No recordaba su nombre, creo que tenía nombre de flor, pero no lo recuerdo. Me daba igual, total, no volvería a verla en mi vida. De eso se trataban mis "relaciones", tonteaba con ellas, me las tiraba y después si te he visto, no me acuerdo. Me gustaba mi tipo de vida y no pensaba cambiarla, no hacia daño a nadie osea que...

Me levanté y empecé a vestirme. Esto era lo máximo que esa chica iba a obtener de mi.

-Cristiano cariño, ¿ya te vas? Podriamos, no se, salir a cenar o ver un peli- dijo ella mientras se levantaba. Violeta, así se llamaba ella.

-Lo siento Violeta, pero ya te he dicho que a mi esas cosas no me van- dije mientras metía los brazos por mi cazadora.

-Bueno, al menos dame un beso de despedida ya que supongo que no te volveré a ver.- me dijo con una sonrisa falsa. "Bueno, al menos lo había pillado" pensé.

Me acerqué a ella y uní mis labios con los suyos. La oí gemir mientras se agarraba a mi cuello. Antes de que me volviera loco y se lo volviera a hacer se separó de ella, se dió la vuelta, y se fué. Ahí se acababa todo contacto con esa chica. Todos decían que el era un cabrón por ser así con las tías pero no era su culpa, ellas sabían perfectamente como era él y aún así seguían acercandose a él, todas con el mismo propósito. Esa tarde había estado lloviendo así que había cogido su coche, un Aston Martin Vanquish plateado. Amaba ese coche, bueno, él y todas las personas que lo veían, la diferncia es que el se lo podía permitir, y ellos no. Lo puso en marcha y se puso a escuchar música. En ese momento le apetecía algo "tranquilo" asi que puso "Amazing" de kanye west y se dejó llevar por la música hasta que llegó a su casa. Desde que habían cumplido los 16, su primo Alex y él habían convencido a sus padres para irse a vivir juntos. Al llegar se encontró a su primo saliendo del aseo con solo unos bóxers.

El último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora