Capitulo cinco

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CRISTIANO

El sábado por la mañana estaba nervioso. ¿Después de lo de ayer como iba a presentarme en casa de Lauren como si nada? Pero tenía que ir y explicarle que Amalia no era otra chica, era mi hermana. Esa mañana había ido con Alex a correr, necesitaba eliminar energías y ahora, tras una ducha estaba sentado con el jugando a la play. Notaba que Alex estaba raro, como si tuviera miedo de decirme algo asique paré el juego y le miré.

-¿Se puede saber que te pasa Alex? Me miras como si me tuvieras miedo y, por muchas peleas que tuvieramos de pequeños sabes que soy incapaz de matarte.

-Tío, a mi no me pasa nada, eres tu el que esta raro. Llevas días sin acostarte con nadie y eso, no es normal en ti. ¿No estaras pillado por alguien no?

¿Pillado por alguien?. No me lo había planteado. ¿No me gustaria...? No, imposible. Me negaba en rotundo. Que me iba a gustar a mi Lauren.

-No, eeh, claro que no. Tio me conoces y sabes que yo no creo en las cursiladas esas del amor, los novios y el felices para siempre.

-Por eso, como te conozco se que te pasa algo, y no voy a parar hasta que me lo cuentes.

Asi que dime, ¿te gusta la bailarina?.

Nunca nos habíamos mentido asique le dije a Alex con toda la sinceridad del mundo

-No lo sé. No se si me gusta o no, solo se que es diferente a las demás y que no estoy seguro de mis sentimientos. Pero en cuento este seguro seras el primero en saberlo.

-Eso espero, por tu bien.

Le dió al play y seguimos jugando.

Esa noche, a las ocho nos reunímos con mis padres en la puerta de la mansión de los Hastings. Estaba nervioso, ¿que cara pondría al verme?. ¿Me dejaría explicarle que Amalia era solo mi hermana?. También me surgió otra duda, ¿que llevaría puesto? Seguro que llevaría algo precioso que haría que no me la pudiera quitar de la cabeza en toda la noche. Pero bueno, todas estas dudas iban a quedar resueltas dentro de poco. Mi padre llamó a la puerta y mientras esperabamos a que nos abrieran Alex me dió un golpecito en la espalda y me miro. Yo asentí y mire hacia adelante cuando abrieron la puerta. Y ahí estaba. "Joooder" pense.

LAUREN

El sábado por la tarde Débora vino antes a mi casa para arreglarnos juntas. Era un ritual, siempre lo hacíamos, cuando salíamos juntas o separadas. Nos peinamos y maquillamos meticulosamente para causar buena impresión. Según nos había dicho mi madre, era una cena de negocios y como bien sabíamos la apariencia contaba mucho. Cuando faltaba media hora nos enfundamos los vestidos y los zapatos y nos miramos al espejo. Ambas estabamos preciosas. A mi el vestido me resaltaba los ojos y a Débora ese vestido azul marino le quedaba de fábula con su cabello rubio.

Bajamos por las escaleras y al llegar abajo mi padre se acercó me dió un beso en la mejilla y me dijo-Estas preciosa princesa. Tu tambien estas increible Débora.

-Tienes razón cariño, estas dos pequeñas estan preciosas esta noche-dijo mi madre mientras se acercaba. Estaba preciosa con su cabello castaño recogido en un moño y un vestido negro largo.

Nada mas llegar mi madre a nuestro lado llamaron a la puerta. La abrieron y mis ojos se quedaron como platos. "¿Que hacía aqui Cristiano?"

CRISTIANO

Preciosa, así es como estaba con ese vestido plateado de palabra de honor largo, hacía que le resaltaran los ojos y que a mi se me callera la baba. Entramos y mientras pasabamos por la puerta Alex se acercó a mi y me susurro

-Tio me estas mojando los zapatos, deja de babear.

Lo miré con cara de asco y después sonreí. Empezamos a saludar uno por uno y, cuando llegó el turno de saludar a Lauren nos quedamos ambos embobados mirandonos mutuamente. Un ligero golpe en el pie de mi primo sin que nadie percatara en el hizo que despertara acercandome para darle dos besos.

Justo cuando me iba a separar me acerqué a su oido y le dije

-Estas preciosa. Por cierto, tenemos que hablar.

Ella me respondió con su simpatía natural

-Gracias a lo primero. Ni lo sueñes a lo segundo.

Dicho esto se dió la vuelta y se fué.

-Nos espera una noche muy divertida- me dijo Alex mientra nos encaminabamos al comedor. No pude mas que darle la razón.

LAUREN

Estaba tensa, muy tensa. Cristiano no paraba de mirarme y bueno, yo no paraba de mirarle y a él. Ambos nos dabamos miradas furtivas pensando que no nos veíamos mutuamente cuando estaba segura de que si que lo hacíamos. De repente se levantó y se excusó para ir al aseo. Observé mientras se iba, estaba guapísimo con ese traje de chaqueta azul marino y la camisa blanca. Seguimos cenando hasta que sonó mi movil y me levante para responder.

-¿Diga?.

-Ve a la puerta del jardin.

¿Como había conseguido mi número? Pensé en darle plantón pero decidí que me merecía una disculpa y una explicación.

Salí y lo ví en la penumbra. Me costaba andar con los tacones ya que se me quedaban enganchados con el barro. Esa tarde había llovido un monton y parecía un pato hasta que llegue a la primera baldosa y me estabilicé. Me acerqué a el y cuando llegue a su altura levanté la cabeza y lo miré.

CRISTIANO

Si consigo explicarle todo sin besarla me darán un premio. Estaba preciosa con unicamente la luz de unos faroles lejanos alumbrándola. Tome aire y abrí la boca para empezar a hablar cuando me dijo

-¿Vas a empezar a hablar? No tenemos toda la noche Glozier.

-Iba a hacerlo pero me has interrumpido Hastings. Ahora haz el favor de callarte hasta que termine de explicarme.

Con una mueca de disgusto me dijo-Oye a mi no me mandes callar.

-Joder Lauren callate y dejame terminar de hablar.

Se dió la vuelta para irse pero la agarre de la muñeca y la di la vuelta.

-Mira cascanueces, la chica con la que hablé el otro día era mi hermana Amalia-puso cara de soprendida pero no me interrumpió- Me llamó porque quería que fuera a casa de mis padres a estar con ella porque se aburría. Lo que no esperaba era que escucharas la conversación-la miré levantando una ceja y note, por la luz que la alumbraba, que se había ruborizado- y mucho menos que te enfadaras. Ahora que ya te he explicado lo que pasó puedes decir lo que quieras.

Se quedó unos segundos callada hasta que me dijo

-¡¿Por qué no me lo explicaste??

-¿Acaso me diste la oportunidad? Por poco y no me das con tu super-lámpara en la cabeza.- ese comentario hizo que sonriera.

-Vale, lo siento. Por escuchar la conversación y por ponerme histérica, pero eso no cambia nada, sigues siendo un mujeriego que pasará de mi en cuento encuentre a algo mejor.

La miré con cariño en mis ojos. Ese comentario dejaba ver que a ella, aunque lo negara, le gustaba un poco.

-Bueno, siempre podemos probar, ¿no crees?.

-Si, bueno, siempre podemos- no la deje terminar. Tenía demasiadas ganas de besarla desde que la conocí y eso fué lo que hice, la besé.

El último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora