Capitulo cuatro

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LAUREN

-Señorita, han llamado sus padres para recordarle que mañana es la cena con los amigos de estos. Ls he dicho que estaba entrenando y que luego les llamaría asique por favor, cuando tenga un rato, llameles.

-Gracias Patick, lo haré.

Subi rapidamente las escaleras que llevaban a mi habitación y me dirigí al baño.

Ya en la bañera me puse a pensar. Tampoco me habría rsultado un suplicio darle un beso a Cristiano, creo que lo habría hecho con gusto. "Para Lauren" me ordené, "ese tío es un mujeriego idiota que conseguirá acostarse contigo y con las mismas te abandonara". Y esa en realidad era la fama de Cristiano. Núnca, o al menos que se supiera, había tenido novias, simplemente líos, un si te he visto no me acuerdo continuo. Y yo no quería ser otra mas, no quería formar parte de la lista de chicas con las que se había acostado Crozier. "Aunque sabes que no te molestaría acostarte con él" me dijo mi subcosciente.

Salí del aseo y me dirijí al vestidor para coger algo de ropa. Lo bueno de tener padres ricos es el dinero ilimitado, lo malo, es que casi nunca los ves y la máxima compañía que tienes es la de los mayordomos y cocineras que te tratan de usted aun teniendo 17 años. Decidí ponerme unos pantalones cortos de deporte y una camiseta blanca muy ancha. Me senté en mi cama y me puse a ver una película. Oí un golpecito en el cristal, pero no me asusté ya que muy a menudo había subnormales que se dedicaban a tirar piedrecitas a las ventanas. A los pocos segundos escuche otro ruidito en la ventana y ya empecé a asustarme. Estaba sola en casa, salvo por el servicio y mi habitación estaba insonorizada para proteger a mi familia de las continuas canciones que me ponía para bailar asique, por mucho que gritara, no me oirian. Me asomé sigilosamente a la ventana y no ví nada asi que decidi abrir la puerta y salir al balcón a ver si así, conseguía ver algo. Caminé por el balcón y al ver que no había nada, volví a entrar dentro.

Giré la cabeza y chillé aunque nadie me fuera a oir, había una persona con un pasamontañase n mi cama.

"Joder, joder. Lauren, haz algo".

Cogí la primera cosa que pille, una lamparita y con ella en mano grité

-¡¿Quién eres y que coño haces en mi habitación?! Lo creas o no las lamparas hacen daño si le das a alguien en la cabeza y yo estoy dispuesta a usarla.

El encapuchado comenzó a reirse y lo reconocí al instante.

-¿Se puede saber que haces en mi casa Cristiano?

Dejó de reirse, se quitó el pasamontañas y me miró. "Jodeeerrr, que guapo es. Centrate Lauren, centrate"

-Vaya cascanueces, eres super peligrosa ¿eeh?. Ya que estamos, ¿me podrías vender tu lampara? Según has dicho es peligrosa y quizás funcione mejor que una pistola.

Ese comentario hizo que lo mirara con asco y que despues empezara a reirme. Será gilipollas.

CRISTIANO

Será muy guapa pero tenía la risa mas escandalosa y fea que había oido en mi vida. Era como si se estuviera ahogando. No pude evitar empezar a reirme por su culpa y al final acabamos los dos sentados en su cama cinco minutos después para recuperar el aliento. La miré mientras recuperaba el aire. Ella me miró tambien y en ese momento me pregunté que pasaría si la besaba. ¿Se enfadaría o me respondería al beso? Empecé a acercar mi cara a la suya. Para mi sorpresa ella tambien empezó a acercarse a mi. Mas cerca, mas cerca y cuando estabamos a punto de besarnos, me llamaron por teléfono.

LAUREN

Y ahí estaba, el momento que llevaba esperando desde hace tiempo, no mucho, pero desde hace tiempo. Lentamente nos íbamos acercando y justo cuando íbamos a besarnos lo llamaron por teléfono. "No hay momentos en el día que lo tienen que llamar justo ahora", pensé.

Me miró con cara de "tengo que responder" y se levantó. Salió a la terraza y escuche fragmentos de su conversación.

"-Hola Amalia".

"-No, ahora no puedo ir a verte, lo siento".

Decidí levantarme para ver si podía escuchar algo mas. Y si, hubo suerte.

"-Vaamos Cristiano, lo pasaremos muy bien juntos".

"-Enserio Amalia, no puedo, tengo a una persona esperandome. No, no es nadie importante, es una chica."

Esas palabras se me clavaron en el alma. Sabía que no debía emocionarme que para él era solo eso, una chica más. Me senté en la cama y me dispuse a esperarle. A los pocos minutos entró y se sentó a mi lado.

-Bueeno, creo que tu y yo tenemos un asunto pendiente- me dijo mientras se acercaba.

Tendrá cara, encima se piensa que despues de la conversación que acaba de tener dejandome como una don nadie me lo voy a montar con él, pues la lleva clara.

-Si, tenemos algo pendiente- dije mientras me ponía de pie delante suya. Me miró sonriendo hasta que lo cogí de la mano y lo levante. -El asunto que tenemos pendiente es el siguiente: no vuelvas a acercarte a mí. No me hables, no me vigiles y ante todo no quiero volver a verte. Esta bonita historia si se puede llamar así que tu y yo teniamos esta acabada.

-Pero cascanueces, ¿que ha pasado?

-Lo que ha pasado es que has vuelto a creer que yo soy una de las muchas chicas fáciles que van detrás tuya pero lo que no sabes es que estas muy equivocado. Ahora, haz el favor de irte y dejarme tranquila. Aaah, y deja de llamarme cascanueces, me llamo Lauren, pero para tí, no existo. Ahora vete.

CRISTIANO

No sabía porque pero lo que me acababa de decir me había dolido. ¿Que había pasado?.

No tenía ni idea pero una cosa si que tenía clara, ninguna chica le decía eso a Cristiano Glozier por mi buena que esté. Me dí la vuelta y me dispuse a irme no sin antes girarme y decirle

-¿Sabes que Lauren?. Volverás a verme, y me suplicarás que acabe lo que íbamos a empezar antes. Te lo aseguro.

Me dí la vuelta y me fuí quedándose guardadas todas sus caras de esta noche, en especial la que le había visto a traves de la ventana mientras hablaba con Amalia.

¿Y si lo que había pasado era que había confundido a mi hermana Amalia con otra chica?

El último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora