Y Vivieron Felices Para Siempre

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En esto llegó la madrina que, habiendo tocado con su varita los harapos de Ceniciento, los volvió un deslumbrante traje aún más deslumbrante que los anteriores.

Entonces los dos hermanos lo reconocieron como el chico que habían visto en el baile. Se arrojaron a sus pies para pedirle perdón por todos los malos tratos que le habían infligido. Ceniciento los hizo levantarse y les dijo, abrazándolos, que los perdonaba de todo corazón y les rogó que siempre lo quisieran.

Fue conducido ante el joven príncipe, vestido como estaba. Él lo encontró más apuesto que nunca, y pocos días después se casaron. Ceniciento, que era tan bueno como hermoso, hizo llevar a sus hermanos a morar en el palacio y los casó en seguida con dos grandes señores de la corte, y todos vivieron felices para siempre, 

Fin.



El CenicientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora