Brian se escabulló y desapareció como una rata muy astuta después de que el mismo Dexter lo dejara huir de la escena del crimen, su crimen. No podía creerlo. El tipo igual a Dexter que, realmente, no era Dexter al final, me había secuestrado mientras yo usaba un ridículo atuendo sexy de puta y me había arrastrado a la peor experiencia de mi jodida y corta vida. No lo necesitaba. No necesitaba la aparición del maniaco a mis espaldas cuando jamás lo previne, no necesitaba saber, coño. Iba a la casa del auténtico Dexter para que me aclarara todo lo que ya me tenía un poco de los nervios y lo siguiente que supe era que estaba lista para que me trocearan, para que mi hermano me troceara. Jesucristo, esto tiene que ser una puta broma.
Al parecer, mi hermanito había perdido la cabeza. Quiso matarme, lo vi en sus ojos, repletos de una oscuridad que daba puto miedo y que jamás había visto. Él era Dexter, no el otro idiota, raro y nerd que conocí durante estos años. La confusión, que nublaba todo mi pensamiento de una forma arrolladora, solo me había permitido suplicarle por mi vida. Insólito, yo suplicándole a Dexter para que no me corte en pedacitos junto a su hermano alias el asesino más buscado en todo el condado, en toda Florida. ¿Tendría que marcar esta fecha en el calendario? Después de todo, es una fecha que lo cambia todo, una fecha memorable como el día en el que nace algo, algo monstruoso entre Dexter y yo. Y ese puto maniaco de Brian, claro.
Yo le quería, mierda, le quería con toda mi alma. Dex es la única persona que genuinamente soporta todo lo que Deborah, la insoportable hermana menor, tiene que ofrecer. Desde niños fue así, Dexter el paciente, Dexter el estoico, Dexter el perfecto. Tenía que dejar de pensar en tiempos felices porque estaban nublando mi juicio de la verdad, y la verdad era que había sido partícipe de una reunión familiar e íntima en donde dos hermanos biológicos discutieron y se debatieron sobre mi muerte, ese era el tema sobre la mesa y de suerte salí ilesa.
¿Cómo manejar todo esto? Estar ilesa no significa que no esté, en estos momentos, igual de trastornada que ellos. No, este suceso traumático no me va a convertir en una persona como ellos, Brian sabe muy bien de eso. Lo que puede sucederme es que me vaya al puto manicomio si no puedo soportarlo, o que entregue a la única persona a la que adoro a la policía de Miami-dade. Todo estaba en mis manos y Dexter lo debe saber, o más le vale al hijo de puta.
Seguía maniatada en esa improvisada tabla de cortar carne tamaño humano y el causante de este caos en mi vida se había ido, esperaba que para siempre. Dexter le había dado la libertad suficiente como para huir y lo percibí como un acto de amor más sincero que cualquiera que hubiera hecho mi hermanastro en el pasado, cosa que dolió un poco, pero cuando dejó de mirar por donde se había ido su querido "Biney" y volvió los ojos hacia mí, me sentí nuevamente a merced del monstruo que habitaba en su interior, y me estremecí.
Es Dex, Deborah, Dexter Morgan, tu héroe, tu amigo, tu igual.
No mires el cuchillo que está a metros del cuerpo de LaGuerta, mírame a mí, mírame a mí, mírame, mierda, Dexter, mírame.
Las cosas estaban así de jodidas: de un día para otro mi encantador y guapo hermano se había convertido en un dolor en el trasero, una amenaza, alguien a quien temer, aunque eso en mi mundo sonara como un saco lleno de mierda. Ridículo. No sabía si largarme a llorar o reír, así que me mantuve en calma, intenté respirar sin tanta desesperación como lo hacía hasta hace un momento y, definitivamente, dejé de suplicar.
— Dex —murmuré con suavidad cuando de pronto lo vi agacharse a recoger su instrumento, el cuchillo. Cerré los ojos, ¿En realidad era tanta la urgencia por matarme? No lo sé, en su lugar yo hubiera preferido hablar un poco antes, después de todo yo era una persona con la que había pasado parte de su infancia, adolescencia, juventud, mierda, toda su vida estuve ahí con él, jodiéndolo muy a menudo, ¿Dónde quedó su cortesía? Si no me mataba, por algún milagro del puto cielo y los dioses, yo no saldría corriendo a delatarlo. Mierda, yo no era su enemiga, no tenía la necesidad de matarme. No quiero morir.
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Darkly dreaming Deborah
FanfictionUna historia alternativa desde la perspectiva de Deborah Morgan sobre la naturaleza de su hermano Dexter. [Esta historia sigue el hilo de la historia del libro, no la serie]